Las rutas para correr en Lugo: entre la reserva de la biosfera y el patrimonio mundial
LUGO CIUDAD
Hay cinco tramos por los que habitualmente hacen ejercicio los lucenses, cuatro transcurren a orillas de los ríos y el otro es la propia Muralla
16 may 2021 . Actualizado a las 21:28 h.Hace veinte años si uno se echaba a correr por la calle por el simple placer de hacer deporte podía parecer un bicho raro. Hoy son legión los que casi a diario se calzan las zapatillas y se ponen a trotar por Lugo. Los runners han llegado para quedarse, y en la ciudad de la Muralla tienen cinco rutas de referencia para todos los gustos y dificultades. Porque no son iguales las tiradas de un experto corredor que de un novel en la materia.
Los aficionados al footing en Lugo son unos privilegiados, ya que la mayor parte de las rutas habituales transcurren por entornos únicos que lucen con orgullo, y por méritos propios, el sello de Reserva da Biosfera Terras do Miño. Cuatro rutas marchan en paralelo a los cauces fluviales, y la quinta es un Patrimonio Mundial. Porque sobre el adarve de la Muralla, con sus 2,2 kilómetros, es muy habitual ver a los lucenses trotar, además de ser paseo de referencia para los que apuestan por moverse a un ritmo más pausado. Tiene la ventaja de estar en el corazón de la ciudad, pero su trazado es un poco más duro. En invierno es más socorrida.
En cuanto llega el buen tiempo, muchos optan por mudar al Paseo do Rato su lugar de entrenamiento. Una superficie más benévola, comodidades para aparcar, y sobre todo la belleza del entorno, son sus puntos fuertes.
El Paseo do Miño, desde la pasarela de madera hasta la Fábrica da Luz, es la zona que muchos emplean para hacer deporte y, de paseo, deshacerse del estrés. Tiene la ventaja de que está próxima a la ciudad, tiene luz y se puede aparcar sin muchos problemas en la zona del Pazo de Feiras o junto a la Ponte Romana.
Para los que quieren meter más kilómetros a las piernas, estaría la llamada Ruta do ecolóxico, que se hace habitualmente desde la Fábrica da Luz hasta el puente de la vieja potabilizadora. Ida y vuelta ronda los 9 kilómetros y puede hacerse circular. Hay tramos muy agradecidos y el río Miño siempre es la referencia. Para los más osados, y sobre todo para los ciclistas, esta podría extenderse hasta Ombreiro, duplicando el trayecto.
Y también para los corredores más fajados es la Ruta da Casa da Fervenza, que sería desde la desembocadura del río Rato hasta la Fervenza. Son, ida y vuelta, unos 15 kilómetros.
