Alumnos de Maristas y mayores de la casa de mayores Penarrubia comparten sensaciones
29 mar 2021 . Actualizado a las 09:32 h.Niños y mayores. Los primeros están cargados de ilusión, fuerza e inocencia. Los segundos coleccionan recuerdos, pero también experiencias y la sabiduría que solo otorga el paso de los años. Tienen mucho en común y, lo que es más importante: pueden compartirlo. Esta percepción ha calado en la sensibilidad del personal de la Casa de Maiores Penarrubia (Orbazai) y en el equipo de Solidariedade del Colegio Maristas A Inmaculada de Lugo. Bajo el nombre de Cartas de luz se ha gestado un proyecto que enseñó a los alumnos del centro educativo la importancia de la solidaridad y que mostró a los usuarios de Penarrubia un camino en el que afloraron muchas sensaciones.
La pandemia hizo que millones de personas de avanzada edad de todo el mundo no pudieran recibir visitas. Estuvieron meses aislados, sin ver a sus seres queridos. Aunque en Penarrubia no hubo contagios, los alumnos de sexto de infantil y de quinto y sexto de primaria entendieron a la perfección la situación de los mayores y encontraron la forma de ayudar a los residentes que viven en un oasis a los pies de Lugo que cuenta con un espacio verde por el que caminar, con personas que se preocuparon por ellos en todo momento. Un buen día se levantaron e hicieron dibujos, cartas y poemas cargados de arte y emoción. «Los mayores se quedaron alucinados, se pusieron muy contentos y decidieron que querían, en cierto modo, devolver ese gesto tan bonito a los niños», explica el cocinero de Penarrubia, Jesús Núñez. Entonces, manos a la obra, decidieron hacer un mural que ahora luce en una de las paredes del colegio. Pero como si eso fuera poco, también les enviaron fotos e incluso cartas que también están expuestas en el centro educativo.
Además, y como colofón final a unas semanas repletas de emoción, mayores y niños hicieron una videollamada hace apenas unos días. Entonces, justo tras activar la cámara, los pequeños cantaron y los residentes no dudaron en contestar a todas sus dudas. Los mayores explicaron a qué jugaban cuando eran pequeños, pero también hablaron de aficiones y comidas favoritas. Como despedida, otra canción.
Pronto, mayores y niños se reunirán en Penarrubia en cuanto las circunstancias lo permitan, «habrá merienda, cuentacuentos y juegos», adelanta Jesús Núñez.