Acusado por un cómplice de colaborar con la justicia desde prisión para reducir su pena

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

A. SISO

Tres y hombres y una mujer se enfrentan a seis años y medio de cárcel por dar una paliza a la empleada de una gasolinera de Becerreá y robarle la recaudación

19 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Este jueves, cuatro personas se sentaron en el banquillo de los acusados en el Juzgado de lo Penal número 2 de Lugo. Se les atribuye la autoría de un robo en una gasolinera de Becerreá en julio del año 2011, en la que entraron cubiertos con capuchas y pasamontañas, y agredieron a la mujer responsable de la gasolinera, a quien le robaron la recaudación. Se enfrentan a cuatro años y medio de cárcel por un delito de robo con violencia y a dos más por un delito de lesiones.

Tres de los acusados, dos varones y una mujer, declararon en los juzgados de Lugo, mientras que el último de los acusados debió hacerlo por videoconferencia, ya que se encuentra en prisión, privado de libertad, por otros delitos por los que fue condenado en el pasado.

Según la Fiscalía, alrededor de la medianoche de aquella jornada, los acusados, «puestos de común acuerdo, con ánimo de lucro ilícito y ataviados con prendas que tapaban sus rostros, guantes y ropa oscura», se dirigieron en coche hasta las inmediaciones de la gasolinera. Allí, esperaron a que la empleada saliese con la recaudación, momento que aprovecharon para abalanzarse sobre ella y robarle el dinero que portaba.

Lucha interna

El testimonio de uno de ellos fue radicalmente distinto al del resto. Este hombre, acusado de haber sido uno de los dos que bajaron del coche para perpetrar el golpe (otro hombre y la mujer se habrían quedado dentro esperando), acusó al que intervenía desde prisión de «colaborar con la justicia» y de implicarle a él «para proteger al resto y a él mismo y que le redujeran la pena».

El acusado que hablaba desde prisión explicaba que, efectivamente, este hombre y él atracaron a la mujer a la salida de la gasolinera, pero que quienes se quedaron en el coche no sabían de qué se trataba el asunto y que no intervinieron. El presunto cómplice, por contra, dice que la mujer y el ahora preso le fueron a buscar a su casa de Sarria para ofrecerle dar el golpe, a lo que él se negó. Accedió sin embargo a ir a comprar cocaína con ellos, aunque afirma que ahí terminó su contacto con los otros acusados.

Las acusaciones cruzadas entre los presuntos cómplices fueron la tónica general, y el juicio quedó visto para sentencia.