«Familia de Lugo busca esclava para cuidar a la abuela»

ANDRÉ SISO ZAPATA LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Fanny Sánchez, presidenta de la asociación Bonhomía
Fanny Sánchez, presidenta de la asociación Bonhomía Óscar Cela

Bonhomía creó esta campaña para el 8M denunciando la precariedad de las empleadas del hogar

07 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El próximo 8M, la mitad del país volverá a movilizarse -esta vez de forma telemática- para homenajear y reivindicar la figura de las mujeres en el mundo y para exigir, un año más, una igualdad entre géneros real. Son muchas las campañas que han ido aflorando desde hace unas semanas, pero una propuesta de la Asociación Bonhomía fue, sin duda, una de las más llamativas de este año.

-¿A qué os dedicáis en Bonhomía?

-Somos un grupo de mujeres, trabajadoras y educadoras del ámbito social, que nos dedicamos a trabajar para diferentes asociaciones y ONGs para llevar a cabo proyectos de sensibilización social. Hemos trabajado con mujeres en condiciones de exclusión social, con inmigrantes, refugiados, víctimas de trata de personas, víctimas de prostitución... Todo para intentar aportar nuestro granito de arena y ayudar a quien más lo necesita. Y sin exigir nada a cambio, porque nosotras tenemos un sueldo por hacer nuestro trabajo, pero el tiempo que le dedicamos a Bonhomía no está remunerado, es voluntariado.

-¿Qué reivindicáis este 8M?

-Puede resultar fuerte oírlo, pero queremos ilustrar que el trabajo de las empleadas del hogar puede llegar a ser trabajo esclavo en algunas ocasiones. Este 8M queremos denunciar esta situación y valorar la tremenda labor que realizan. El 99,9% de las internas, las que viven en las casas donde trabajan, son mujeres, así que este 8M es también muy suyo.

-¿Cómo han vivido las empleadas del hogar la pandemia?

-Ellas han sufrido muchísimo. Han tenido mucha presión sobre sus espaldas, y eso hay que destacarlo. Es complicado trabajar en este sector en medio de una pandemia, sabiendo que en muchos casos tienes a una persona mayor a tu cargo. No te permite casi salir de casa, porque tienes miedo de contagiarte y transmitírselo, y tampoco puedes descansar porque los familiares no pueden ir de visita y dejarte un rato libre. Es inocente pensar que las empleadas del hogar trabajan 8 horas al día, porque no es verdad. Trabajan casi las 24, porque tienen que estar pendientes constantemente. Al final es indudable que roza el trabajo esclavo.

-¿Qué papel tiene la sociedad en este sentido?

-Uno muy importante: el de la aceptación. En Bonhomía nos hemos centrado mucho en los últimos años en trabajar con las víctimas, pero con esta campaña para el 8M intentamos dirigirnos más bien a la sociedad. Es tremendamente importante la conciencia social y que la gente entienda la situación por la que muchas trabajadoras están pasando.

-¿Qué problemas añadidos tiene el sector del empleo del hogar?

-Un montón, claro. El primero, que muchas no tiene su puesto de trabajo regularizado. Cobran en negro, no tienen derecho a nada... Una ilegalidad. Y hay mucha economía sumergida.