«Perdemos el día de Año Nuevo, en el que multiplicamos los ingresos en apenas unas horas»

U. C. / A.S. ZAPATA LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

Los hosteleros critican la poca antelación de las medidas: «xa estaba todo comprado»

30 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Las medidas de la Xunta para Fin de Año pillaron por sorpresa a los hosteleros, que no podrán ni servir cenas ni dar los churros con chocolate en condiciones. A pesar de que el toque de queda será a la una y media de la madrugada, la hostelería tendrá que cerrar a las 23.00 horas. «É outro día máis que nos amolan porque non podemos facer ceas de Fin de Ano», opina.

Una vez más, tras el anuncio de unas medidas más relajadas para las fechas especiales, el sector hostelero había hecho una gran apuesta. «Os empresarios xa tiñan toda a mercancía comprada, as ameixas, o cordeiro... agora foi un gasto perdido», explica Cheché. Los hosteleros aseguran que si los clientes tienen que abandonar el local sobre las 23.00 horas, no van a ir a cenar fuera. A pesar de que el presidente de la asociación reitera la colaboración del sector con la lucha contra la pandemia — «nunca esquecemos que hai 50.000 mortos enriba da mesa»—, hace una gran crítica a la mínima antelación con la que se anuncian las medidas. «É incrible que nos fagan isto dous días antes, e que non é xusto».

La otra medida que causa gran molestia entre los hosteleros es la obligación de abrir el día 1 de enero a partir de las 11.00 horas. «Ninguén o esperaba, é un problema tremendo», sentencia Cheché. Las cafeterías sabían que los churros con chocolate de la madrugada del primer día del año no iban a ser lo mismo por la falta del ocio nocturno, pero tenían grandes esperanzas puestas en ello. «Ir a la Praza Maior a tomar el chocolate, es la tradición, y ojalá se siga cumpliendo», espera la encargada del bar Canela, Cruz Fernández. La hostelera comparte lo que también apoya Cheché, y es que los locales ya tenían todo comprado para ese día, esperando poder abrir cuatro horas más de las que finalmente podrán hacerlo. En esta cafetería céntrica tenían pensado abrir a las 08.00 horas porque el primer día del año, con pocas horas, ya se hace mucha caja. «Ahora con llegar a la mitad de lo que hacíamos un año normal, ya firmábamos todos», sentencia. Al menos, el sector de la restauración se alivia con el fin del cierre perimetral del municipio de Lugo. «É básico», sentencia Cheché.

La situación en Vilalba

En los municipios que se encuentran en el nivel máximo o medio-alto de restricciones, la hostelería tan solo abre una hora más. Es el caso de Vilalba, Xove y Viveiro, donde cambian su horario de cierre de las 17.00 a las 18.00 horas. «Unha hora morta», opina el representante de la Asociación de Hostelería de Vilalba, Manuel Silvosa. «Hai locais que aínda non abriron e outros estano pensando», cuenta Silvosa. Los hosteleros vilalbeses tenían la esperanza de recuperar los ingresos con estas Navidades, pero las medidas se lo impidieron. «Abrindo ata as seis non chega nin para os gastos». El día de Fin de Año, sin poder despachar cenas ni las consumiciones de la mitad de la tarde, pierden una jornada en la que antes duplicaban los ingresos. «Se un día bo podes facer unha caixa de 1.000 euros, en aninovo pásase dos 2.000; así estamos amolados», lamenta Silvosa. Los más afectados en estas fechas son los que sirven banquetes, asegura.

Os Pepes: «Para abrir a las once, mejor es no abrir en todo el día»

La medida más polémica que Sanidade hará obligatoria para la hostelería en Año Nuevo es la prohibición de abrir los locales antes de las once de la mañana. Para muchos establecimientos, el primer día del año era sinónimo de madrugar, ofrecer churros y recibir a aquellos rezagados que acudían a desayunar tras incontables horas de fiesta. Este año no será así.

Jaime Castro, trabajador de uno de los locales más conocidos de Lugo para consumir los churros en la mañana del 1 de enero, os Pepes, afirma que no piensan abrir su establecimiento en este día tan señalado: «Para abrir a las once, mejor no abrir en todo el día. En Año Nuevo hacíamos negocio casi de madrugada, muy temprano, así que no nos compensa ni abrir».

Castro afirma que no espera que los lucenses acudan a consumir los típicos churros a una hora tan tardía, por lo que solo se plantea «abrir antes de las once, si nos dejan, para vender churros para llevar».

Habitualmente, subía la persiana de su local a las 4.00 horas de la primera madrugada del año. Esta vez, ni siquiera lo hará en toda la jornada. «Es una auténtica pena, porque en este día teníamos tanta actividad como en cinco o seis días de semana normales», explica.

Los Soportales: «Los churros de Año Nuevo son una tradición»

El día de Año Nuevo, ya de por sí especial, resulta una fuente de ingresos excepcional para muchos hosteleros. En algunos establecimientos, la costumbre de acudir bien temprano a estos locales para desayunar unos churros lleva vigente desde hace décadas. 2021 será el primer año que comience sin esta tradición.

«Es que eso es el desayuno del 1 de enero: una tradición». Así lo explica Juan Carlos Penín, el dueño de la cafetería Los Soportales, en el centro de Lugo. Para ellos y para muchos otros, abrir las puertas a unas horas intempestivas tiene mucho significado. Penín se sorprende al conocer la noticia: de que este año no podrá abrir hasta las 11.00 horas de la mañana. «La verdad es que no lo sabía, me acabo de enterar», comenta. Explica que, normalmente, abren sus puertas a las cinco de la mañana el 1 de enero. «No habrá churros para desayunar, pero abriremos igualmente», dice Penín. Para ellos, el primer día del año no es un día cualquiera. Aún sin churros, los cafés, las comidas y las charlas no faltarán este 2021. «Además, este año no íbamos a vender nada de madrugada. Al no haber fiestas...», se consuela.

Finalmente, comenta que el resultado de la jornada también dependerá del tiempo, ya que se prevé una intensa tormenta sobre Lugo.