El Concello de Lugo ha iniciado los trámites para subastar cien vehículos para chatarra

lorena garcía calvo
lorena.garcia@lavoz.es

En la Rúa dos Carros se encuentra, curiosamente, el depósito municipal de Lugo. Una especie de purgatorio de vehículos en un lateral del polígono de O Ceao en el que uno puede encontrarse desde un Mercedes penúltimo (o quizás antepenúltimo) modelo esperando que lo rescaten, a un coche calcinado que todavía no ha encontrado el descanso final. Hay de todo, como en botica.

Unos 300 coches se acumulan en una instalación que se encuentra llena hasta los topes y que, además de ocupar la nave y la campa posterior, ha tenido que extender sus dominios a una parcela anexa que le cede el Concello. Hasta el depósito llegan a diario los vehículos que retira la grúa por estar mal aparcados y que apenas pasan allí un puñado de horas, pero también es el destino de los que el Concello embarga por no atender multas, los abandonados en la calle, los que no tienen seguros y los que nadie reclama. También los que el Juzgado ordena custodiar a la espera de que se aclare su situación. Todos ellos suelen quedarse allí una buena temporadita. De alguna manera, esperan un juicio final que en ocasiones tarda en llegar hasta una década.

El depósito municipal de Lugo custodia alrededor de 300 coches.
El depósito municipal de Lugo custodia alrededor de 300 coches. ALBERTO LÓPEZ

Mercedes, Porsche y utilitarios

En el depósito lucense conviven un Mercedes de gama alta del año 2005 y un Porsche Cayenne que aguardan desde hace un lustro a que se aclare su futuro. Hay una autocaravana del año de la polca, un BMW que lleva diez años empadronado en el depósito y ya es el veterano del lugar; y un buen puñado de utilitarios que esperan, en la parcela anexa, incorporarse al catálogo de algún chatarrero. Así, coches y más coches hasta llegar a los 300 de todo tipo, color y cilindrada.

Los que nadie reclama y que ya no son operativos para salir a la calle son los condenados al desguace. El año pasado el Concello de Lugo, al ver que ya tenía un buen montón para la chatarrería, publicó en el boletín oficial de la provincia un listado con un centenar de vehículos listos para sacar a subasta. Como manda la ley, durante un mes los propietarios de esos vehículos pudieron alegar para intentar recuperarlos, pero no lo hicieron, por lo que ahora el Concello ya puede sacarlos oficialmente a subasta, un proceso que ya ha activado, por lo que es cuestión de semanas que se celebre la puja.

Los lotes al completo

Por lo general, aunque se tasan individualmente, sale a subasta el lote completo y el chatarrero que más fino esté a la hora de hacer una oferta se lleva todo el pack. En total, esta vez se subastarán cerca de cien vehículos para la chatarra (desde utilitarios a furgonetas varias) que desde hace años crían tojos en O Ceao. Una de las últimas pujas, celebrada en el año 2018, reportó a las arcas municipales más de 11.000 euros, el doble de lo que habían previsto inicialmente, ya que la tasación se había calculado por tonelada. En esa ocasión solo dos desguaces participaron en la subasta y se la llevó una empresa de O Ceao.

Al igual que sucede con los vehículos para el desguace, el Concello también puede subastar los bienes embargados que todavía estarían en condiciones de funcionar. En el caso de que se publique el listado y nadie reclame, un particular puede animarse a pujar por el coche que le interese, pero asumiendo ciertos riesgos. Por ejemplo, puede ir a verlo al depósito, pero no puede acceder a su interior ni probarlo, con todo lo que conlleva. Además, las circunstancias en las que cada coche llega hasta el depósito son variadas y nadie garantiza que se disponga de llaves, lo que supondría un problema mayúsculo.

Algunos llevan años criando hierba
Algunos llevan años criando hierba ALBERTO LÓPEZ

Un servicio que funciona las 24 horas y en el que trabajan once personas

Además de custodiar los coches embargados o con causas pendientes, al depósito municipal llegan los que retira la grúa por aparcar mal. Es decir, vehículos que apenas se pasan un rato en las instalaciones de O Ceao, y cuyos propietarios no siempre encajan bien lo de tener que ir a por su coche y pagar la multa.

«La excusa de los 5 minutos es la más socorrida, pero no cuela, porque a nosotros llegar hasta el centro ya nos lleva más», explican desde el depósito. En los años que lleva operativo, los trabajadores han visto y escuchado de todo. Desde conductores alcoholizados que prueban a ver si cuela lo de retirar su vehículo, a alguno que dice tener derecho a no pagar la sanción, e incluso algún caso de intentar llevarse la vieja valla por delante.

El depósito municipal de Lugo custodia alrededor de 300 coches
El depósito municipal de Lugo custodia alrededor de 300 coches ALBERTO LÓPEZ

Once trabajadores

En el depósito municipal de Lugo, gestionado por una empresa concesionaria, trabajan once personas que cubren las 24 horas del día. Seis son conductores y cinco son recepcionistas. Disponen de dos grúas, una que está operativa las 24 horas, y otra que funciona de lunes a viernes en horario de mañana y tarde. Con estos medios se bastan para atender la ciudad y los requerimientos de la Policía Local, que es la que acostumbra a trasladarles los casos en los que tienen que intervenir.

Quizás por tratarse de una instalación municipal y por estar permanentemente vigilada, explican que los amigos de lo ajeno nunca han intentando llevarse ni un retrovisor de los cientos de coches que custodian en las instalaciones, y de los que muchos ya acumulan polvo.