Poeta lucense ganadora del premio Ojo Crítico: «Un escritor joven necesita premios para poder publicar»
LUGO CIUDAD
Raquel Vázquez triunfa con su octavo poemario «Aunque los mapas»
07 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Raquel (Lugo, 1990) publicó once libros en los últimos diez años, tanto de poesía como prosa. El primero fue cuando tenía 21 años y varios de los títulos ya han sido premiados con galardones a la creación joven, como el Premio Gloria Fuertes de Poesía Joven o el Premio de Poesía Granajoven. La escritora, además, fue becada por la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores con el fin de desarrollar uno de sus proyectos. Una mente inquieta de una joven promesa ahora ya consolidada gracias a la creatividad que irradia. La última prueba es haber ganado el premio Ojo Crítico de Radio Nacional Española por su último poemario Aunque los mapas (Visor de Poesía, 2020).
—Es licenciada en Filología Hispánica e Ingeniería Informática. Dos polos opuestos.
—Primero estudié Filología ya pensando en la escritura. El estudio de los textos sirve para conocer mejor el artilugio de las palabras. La Ingeniería fue un cambio de 180 grados en un momento en el que quería hacer algo que fuera práctico, que me interesara y tuviera futuro. Estudiar el lenguaje de la tecnología.
—¿Cuando empezó a escribir?
—En la adolescencia escribí mis primeros poemas y relatos y así seguí en los años de instituto. Fui mejorando y a los 21 publiqué mi primer libro. Al terminar la carrera me becaron en la residencia de la Fundación Antonio Gala y me dediqué un año solo a ello.
Tener mucho tiempo para pensar, leer y escribir es impagable
—¿En qué consiste esa residencia para jóvenes creadores?
—Para entrar hay que tener entre 18 y 30 años. Se presenta un proyecto de escritura, yo entré con una novela distópica. Una vez seleccionada, tienes un año libre para trabajar en él. Para mí ha sido de lo más enriquecedor que he vivido por compartir el día a día con otros artistas. Además, tener mucho tiempo para pensar, leer y escribir es impagable. Finalmente, terminé la beca con un borrado de la novela.
—¿Narrativa o poesía?
—Tras ocho libros publicados de poesía tengo una mecánica de escritura que me facilita que fluyan las ideas. El relato breve me encanta, pero escribir poesía me resulta más natural.
—¿Cómo evolucionó su poesía?
—Hay ciertos poemas que publiqué que deberían seguir en un cajón. Me convencen más los últimos libros por ir en búsqueda de la intensidad de la palabra o de lo que todavía no conozco. La poesía te lleva a pensamientos y lugares que con el lenguaje cotidiano no habrías llegado.
—¿La creación joven cuenta con apoyo?
—Los inicios son difíciles y siempre lo han sido. Hay ciertas voces muy buenas, pero por desaliento dejan de intentarlo. Lo normal es que no te premien y que la editorial te rechace. Pero esto va de perseverancia y de lo que signifique la escritura para ti.
—¿Cuánta importancia tienen los premios?
—Es la forma más eficaz de ser leída y publicada. Cuando se envía un manuscrito a una editorial, muchas veces no se recibe respuesta durante meses y si la recibes puede ser, en el mejor de los casos, que te publican dentro de dos años. Si te premian, te van a leer y publicar a los pocos meses. Además del prestigio que conlleva.
—Es esencial para los jóvenes escritores entonces.
—Sí, de hecho hay algunos premios que se conceden hasta los 25 años y me parece muy necesario. Los autores que son premiados no tienen obra detrás y esto es un aliciente muy importante para que no se pierdan en el desánimo.
Cuando paso un tiempo sin escribir, noto algo raro y me siento intranquila
—¿Cómo recibió el Ojo Crítico?
—Fue una alegría enorme. Sabía que optaba por edad, pero siempre es muy improbable. Hay muchos premios que no he recibido. Es un pequeño milagro.
—Y reseñado por la misma Gioconda Belli.
—Era una de los miembros del jurado. Es un honor que una poeta como ella haya hecho una lectura tan bonita de mi libro.
—¿Qué es lo siguiente?
—Pedí una pausa temporal en el trabajo para escribir otro libro. Mi cabeza es un hervidero de ideas. Cuando paso un tiempo sin escribir, noto algo raro y me siento intranquila.