Hace 20 años, Lugo imitaba a la aldea de Astérix con un gran banquete

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

El primer Comilonum coincidió con Cumulum, otra iniciativa en pro de que la Muralla fuera bien mundial
El primer Comilonum coincidió con Cumulum, otra iniciativa en pro de que la Muralla fuera bien mundial H.HORTAS

El Comilonum surgió para pedir que la Muralla fuese Patrimonio de la Humanidad

22 sep 2020 . Actualizado a las 20:27 h.

Astérix y su inseparable Obélix celebraban con los vecinos de su aldea el final de sus aventuras y el regreso a casa con un gran banquete. Esos galos, protagonistas de los conocidos cómics de René Goscinny y de Albert Uderzo, guerreaban contra unos romanos que no solo llegaron al noroeste de la actual Bretaña sino también a Galicia. Unos 2.000 años después, los habitantes de la antigua Lucus Augusti se dieron un banquete que los galos, en cuyos festines reinaba el jabalí asado, difícilmente habrían rechazado.

Lo que en septiembre del 2000 se celebraba no era el final de una aventura sino el desarrollo de otra cuyo resultado aún se desconocía. El Comilonum, nombre de la iniciativa, era una comida organizada por la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería como homenaje a la Muralla y como contribución a la campaña en la que se pedía su declaración como Patrimonio de la Humanidad.

Empanada, lacón y tarta de almendra protagonizaron el menú del banquete, en el que mesas y sillas se colocaron en la Ronda da Muralla. En asistencia, Lugo superó holgadamente a la aldea de los galos que resistían contra los romanos: si Astérix y Obélix se juntaban con unas decenas o unos centenares de vecinos, al primer Comilonum acudieron unas cinco mil personas.

El banquete tuvo éxito, igual que la aspiración a cuyo logro se quería ayudar. La Muralla fue reconocida por la Unesco, pero no se enfriaron las ganas de los lucenses de darse un festín con el monumento romano como decorado. En el 2001 se celebró con una asistencia similar al de la primera edición, y en el 2002, con unos 2,500 comensales. La segunda y la tercera edición sirvieron para entender por qué los galos, tan valientes, tenían miedo de que el cielo cayese sobre sus cabezas: al Comilonum del 2001 y al del 2002 acudió menos gente de la prevista porque el tiempo no acompañó, hasta el punto de obligar a celebrar el segundo en el recinto ferial.

Que Lugo es una ciudad famosa por su gastronomía ya se reflejó bastantes años del Comilonum con un conocido eslogan, «Y para comer... Lugo». El lema aún es aprovechado, por ejemplo, por el colectivo provincial de hosteleros para promocionar los productos de Lugo en la Vuelta a España. El banquete dejó de celebrarse en el 2008, pero los lucenses conservan la afición por la buena mesa y los turistas difícilmente se marchan de la ciudad sin ver la Muralla y sin alabar su cocina.