El centro «resiste» al último fin de semana del verano de la pandemia

María Guntín
maría guntín LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

El ambiente ayer por la mañana en la Praza de Abastos era similar al de otro sábado
El ambiente ayer por la mañana en la Praza de Abastos era similar al de otro sábado ALBERTO LÓPEZ

La Praza de Abastos ofreció una imagen similar a la de otros días

30 ago 2020 . Actualizado a las 22:53 h.

Las imágenes que ofrecía ayer A Milagrosa distan mucho de las que desprendía el centro urbano de la ciudad amurallada. En el barrio con más restricciones de Galicia se bajaron las persianas de los bares a mediodía y paralelamente, a 15 minutos andando de allí, las terrazas de la Praza do Campo empezaron a recibir gente. Fue precisamente a la hora del vermú cuando la lluvia dio tregua tras una mañana gris. El sol se quedó hasta media tarde y fue entonces cuando el centro se empezó a vaciar, aunque remontó pasadas las siete.

Al llegar a Santo Domingo, después de atravesar San Marcos, la panorámica global de este sábado era similar a la que había hace una semana. Mañana de recados, cafés y compras en la ciudad. La Praza de Abastos no se llenó a lo largo de la jornada, pero buena parte de los comerciantes coincidieron al asegurar que el panorama era «menos malo» del que esperaban. La clientela se dejó caer a cuentagotas y se concentró a última hora, cerca de las dos de la tarde.

«Isto é como todos os sábados. A xente non madruga», explicaban ayer desde Pescados Marypaz. Ana, desde la carnicería ecológica Traloagro, decía que a las medidas anunciadas el viernes por Sanidade se unía el hecho de que, a fin de mes, el dinero empieza a escasear. «Agosto non foi tan mal, esta última semana foi máis frouxa, pero aínda traballamos ben», añadía. En Frutas y Hortalizas Mar calificaban la mañana de rentable. «Cómese todos os días, dende que se levantou o confinamento foi mellorando a cousa», explican los comerciantes de este puesto.

«O que acontece na Milagrosa pode pasarnos a nós mañá»

En la Madarro redujeron ventas por el cierre de bares
En la Madarro redujeron ventas por el cierre de bares ALBERTO LÓPEZ

Las nuevas medidas restrictivas en el municipio de Lugo limitaron el aforo de los establecimientos al 50 %, algo que no afectó notablemente a locales como el de la Confitería Madarro. «Nós xa tiñamos as mesas separadas e a limitación de xente» explica Montse González, una de las copropietarias de este negocio fundado en 1891.

En la Madarro creen que las restricciones se notarán especialmente la semana que viene, aunque ayer las ventas ya descendieron notablemente, «la gente tiene miedo y probablemente volvamos al principio de la desescalada. Quizá haya clientes que limiten sus salidas», explica González. Son varios los locales de hostelería que se han visto obligados a cerrar por las pérdidas económicas derivadas de la pandemia. «Esto hizo que perdiésemos ventas porque mucha de nuestra bollería iba a parar a las cafeterías», explica Montse. La limitación de aforos en bodas, comuniones y bautizos provoca también que los encargos bajen. Sin embargo, Montse González se acuerda de los negocios de A Milagrosa. «Isto pódenos pasar a nós mañá ou en calquera momento», sentencia.

«Todo son limitacións, pero o problema é que non veñen con axudas»

O presidente da Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Lugo, Cheché Real, amosou comprensión ante as novas limitacións e condenou aos establecementos que «non cumpriron como tiñan que facelo». Asume tamén que as consecuencias «dos irresponsables» as pagará un sector enteiro e que tamén afectarán á saúde de moitas persoas.

—Fale das novas limitacións para o sector.

—Esta é unha mala noticia como as que veñen sucedendo dende hai cinco meses para o sector da hostalería. Parece que os donos dos nosos establecementos son as autoridades sanitarias e políticas.

—Que precisa o sector?

—O tema é que todo son limitacións, pero que estas non veñen acompañadas de ningunha axuda. Nós entendemos a situación que provoca o coronavirus, pero queremos deixar claro que tamén temos o control dos nosos establecementos e da clientela que entra nestes. Onde non hai control é fora deles.

—Hai malestar entre os profesionais.

—Porque non entendemos por que hai esa obsesión ca hostalaría e non con outros sectores. Sempre pagamos o pacto os mesmos. Ademais, isto xera moito medo na poboación e terá moitas consecuencias económicas.

—Hai locais que non cumpriron.

—E nós queremos amosar o noso rexeitamento con todos eses empresarios que incumpriron as normas xa que pola súa culpa, verémonos afectados todos, e ata se verá reflectida a saúde.