Para empezar el Camino, Lugo

Víctor López / M. C. LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

El grupo de peregrinas frente al Puente Romano, instantes antes de partir hacia Santiago
El grupo de peregrinas frente al Puente Romano, instantes antes de partir hacia Santiago cedida

Once peregrinas comenzaron la ruta el pasado sábado pese a la incertidumbre del covid-19

20 jul 2020 . Actualizado a las 11:18 h.

Cristina González es una catalana que se dedica a la gestión de viajes y eventos. Lleva años organizando peregrinaciones a Compostela entre sus allegados y amigos ya que, según apunta, «es algo que emociona mucho a la gente, todos quieren hacer el Camino, cada uno con sus motivos más personales». Este año, la timidez y la indecisión a la hora de sumarse a la aventura eran mayores, ya que la situación sanitaria no era la de ocasiones anteriores, pero aún así la ruta salió adelante.

Un grupo de once personas, todas ellas de Valencia y Barcelona o de su periferia, llegaron el pasado sábado a Lugo para dar rienda suelta al andar y poner rumbo a la ciudad del Apóstol. Hicieron el Camino en cinco etapas, optando por el trayecto Primitivo y dejando huella en Melide, San Román da Retorta o Arzúa.

Lugo, punto de partida

El grupo decidió partir de Lugo, ya que en trances anteriores la organizadora ya había liderado otras rutas por los caminos Portugués o Inglés y tenía ganas de conocer el Primitivo.

Para alguna de las caminantes era la primera vez como peregrina. Otras repetían, porque «es una experiencia que gusta mucho, hay quien se lo toma como un reto y para otros es un retiro más místico», explica Cristina. Pero si en algo coinciden todas es en las ganas que traen de ponerse en marcha.

El domingo dejaron atrás Lugo y lo hicieron con un sabor de boca un tanto agridulce y no por la comida, de la que hablan maravillas, sino porque, según dicen, «no había mucha gente por la calle y a nosotras nos gusta ver ambiente». Aún así, la Muralla, la catedral o la zona de los vinos conquistaron sus mochilas y se quedan con haber descubierto el colosal patrimonio que alberga la ciudad.

Pese a que la actividad de los peregrinos se va recuperando de forma paulatina, tanto los caminantes como los trabajadores del sector han notado la incidencia del coronavirus. «Había gente que venía con cierto reparo por la situación actual, pero al final todo ha ido bien», comenta Cristina, que lleva años organizando esta excursión.

Con todo, los que son reincidentes sí han notado menos tránsito del habitual, sobre todo en lo que se refiere a peregrinos extranjeros. «Este año fue un poco diferente, estaba más parado que otras veces y había menos gente de otros países», matiza una de las viajeras, que dice haber sentido lástima al ver «tantos rincones cerrados en los que tomar algo para reponer fuerzas durante el trayecto».

En cuanto a los albergues, pensiones y demás alojamientos a los que han recurrido, parece que la limpieza y las medidas protocolarias funcionan a rajatabla.

«Tanto en los hostales como en los albergues se preocupan mucho por la higiene», subraya Cristina, que aplaude la capacidad de reinvención demostrada por el sector. «Las zonas comunes permanecen cerradas y algunos alojamientos nos han cambiado la opción del desayuno, donde todos compartíamos la comida, por un pícnic», apunta otra de las componentes del grupo.

Los gallegos, de diez

Poco a poco los peregrinos se animan a retomar el Camino y son muchos los gallegos que cada día ven pasar a decenas de foráneos con sus bastones y mochilas por delante de sus casas. Los caminantes agradecen la disposición de los vecinos, que «se desviven por nosotros», y se muestran encantados con la amabilidad que siempre desprenden.

El viaje a Compostela lleva organizado desde febrero y, aunque se barajó posponerlo por la situación sanitaria, cinco etapas después de su fugaz paso por Lugo este grupo cruza el Arco de Xelmírez y hace acto de entrada en el Obradoiro. «Ha sido un poco más duro que los anteriores y había gente que venía con miedo a no conseguirlo», reconoce Cristina, que dice que «desde que llevas un par de días, las piernas andan solas».

Superado el reto, echan la vista atrás, orgullosas, y comienzan a buscar fecha y recorrido para la ruta del próximo año.