Lugo: «No campo hai moito gasto e moito traballo, pero creo que vivirei ben»
Daniel López cultiva hortalizas tras haber dejado Lugo para instalarse en una parroquia de Palas
lugo / la voz
Daniel López vivía en Lugo ciudad, pero acudía con frecuencia a la parroquia de Merlán (Palas de Rei), de donde procede su familia paterna. A fuerza de ir al campo y de ver trabajos en el campo, en su interior acabó creciendo un apego por lo rural que lo llevó a dar un paso decisivo, convertirse en agricultor. Hace dos años, dejó atrás una etapa que incluía varios trabajos en hostelería y comenzó otra que es un modo y un medio de vida.
El tiempo pasado en el campo y viendo trabajar a su abuela fue su período de aprendizaje, ya que cuando cambiaba Lugo por Merlán, colaboraba activamente en las tareas agrícolas. Con los conocimientos adquiridos entonces y con ayudas que ahora recibe de familiares y de amigos, es un agricultor a tiempo completo. Su explotación se desarrolla en modo ecológico y ocupa unos cinco mil metros cuadrados, con una superficie cultivada al aire libre que prácticamente duplica la de invernadero, puesta en marcha un poco después.
Patata, judía o calabacín son cultivos que tiene ahora al aire libre, mientras que pimiento, tomate o lechuga crecen en invernadero. Tiendas de Lugo que venden productos ecológicos y particulares son sus clientes. La mercancía se vende por ahora en Palas y en Lugo, si bien Daniel López ya maneja algunos pequeños planes de futuro: aprovechando la situación geográfica de Palas, prevé empezar a distribuir en Santiago y en municipios cercanos.
Aunque el comienzo de su actividad es relativamente reciente, a este agricultor no le faltan reflexiones sobre la vida en el campo y sobre las expectativas económicas que podrá conseguir: «No campo hai moito gasto e moito traballo, pero creo que vivirei ben», dice. Ahora, además, ha logrado ya otros propósitos: «Quería estar tranquilo, sen estrés. Era o meu soño», afirma.
La explotación está inscrita en el Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica (Craega), lo que obliga a respetar unas normas en el trabajo, aunque a Daniel López esa obediencia no le supone una carga preocupante. «Fai falta un pouco de natureza e de coidado do medio ambiente, porque vivimos nel», explica.
Por otro lado, no cree que su trabajo sea muy diferente del que se llevaba a cabo en pequeñas explotaciones hace décadas, aunque sí están desterrados productos químicos para combatir plagas. Como alternativa, en la lucha contra las enfermedades usa menta y leche con bicarbonato. Es una forma de trabajo diferente, y esos rasgos distintos, opina, deben ser conocidos y valorados por los clientes. Para lograrlo, este agricultor propone una vía: «A cabeza da xente ten que pensar máis».
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