«Reabrir así as terrazas do Cardeal é imposible»

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LUGO CIUDAD

CARLOS CORTÉS

Las cafeterías piden al Ayuntamiento que les permita ocupar más espacio en la calle

29 abr 2020 . Actualizado a las 22:42 h.

La calle Cardenal tardará en recuperar las características terrazas de sus cafeterías. Los hosteleros con negocios en la principal calle comercial de Monforte consideran poco menos que imposible reabrirlas el 11 de mayo con las limitaciones marcadas por el Gobierno central y en el espacio que tienen asignado por el Ayuntamiento. Los hosteleros y la delegación local de la patronal provincial de este sector piden al Ayuntamiento que permita instalar las mesas fuera de los espacios acotados hace dos años para ello.

El restaurante La Polar funciona con solo tres personas en plantilla desde que fue aprobado el estado de alarma. Otros trece trabajadores están incluidos en el ERTE presentado por la empresa para hacer frente al cierre forzoso que entró en vigor el 14 de marzo. Los tres que siguen trabajando hacen comida por encargo y para repartir a domicilio, lo único a lo que se puede dedicar la hostelería mientras dure todo eso. El Ayuntamiento autoriza a La Polar a explotar trece mesas en su terraza, así que si finalmente se aplica el límite de un tercio que propone el Gobierno central, el 11 de mayo solo podría reabrir con cuatro. «Catro mesas aténdense coas tres persoas que xa teño traballando -se queja Julio Méndez, el propietario del establecimiento- non podería recuperar a ningún dos que están no ERTE».

Con dos llega

Enfrente de La Polar está el restaurante Lienzo, que tiene permiso municipal para poner dieciséis mesas en la calle. Su propietario, Roberto Quiroga, lo ve todavía más negro que su colega de enfrente. Si finalmente la reapertura se hace en las condiciones anunciadas este martes por el Gobierno central y él solo puede utilizar en la calle el espacio que tiene asignado, solo ve dos opciones: no abrir o hacerlo solo con él y su mujer en plantilla. En su ERTE tiene a cinco personas, una de ellas con contrato de media jornada. «Contratar de novo a toda a xente para atender só catro mesas non ten ningún sentido», advierte. Roberto Quiroga asegura que estos días está sopesando todas las opciones, incluso las más drásticas, y que se debate entre el deseo de abrir cuanto antes y el temor a que esa sea finalmente una opción imposible si las normas impiden que el negocio dé ni siquiera para cubrir gastos.

En la misma línea que sus colegas, el propietario del restaurante Cardenal, José Antonio Váquez, tiene claro que en estas condiciones no va a abrir de nuevo el 11 de mayo. Él tiene a veinticuatro personas en un ERTE, el 100% de la plantilla que comparten el Hotel Cardenal, en la calle de las Huertas, y la cafetería Cardenal. Las catorce mesas que tiene normalmente en su terraza se quedaría en cuatro o cinco. «Con los dos turnos que hacen falta para mantener el horario normal, para ese número de mesas habría que tener a cuatro personas trabajando más la cocina y eso es económicamente inasumible, no da ni para pagar la luz», afirma José Antonio Vázquez.

También en otras calles

Estos tres hosteleros [este diario no pudo contactar con los dueños de la cafetería Da Vinci, la cuarta de la calle] reclaman que se suavicen las restricciones que el Gobierno quiere aplicar en el proceso de reapertura de este sector. Pero a nivel local piden al Ayuntamiento comprensión flexibilidad.

Los tres coinciden en que una solución que les permitiría al menos recuperar un nivel de actividad míninmo, pero sostenible, sería que el ayuntamiento abriese la mano y les permitiese de forma temporal ocupar más espacio en la calle que el que tienen asignado.

Lo mismo pide la delegación local de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Lugo (APEHL). Su representante en Monforte, Beatriz Vila, está convencida de que los responsables municipales tienen que flexibilizar el criterio para autorizar terrazas, al menos durante el tiempo que dure esta situación irregular. Y no solo en la calle Cardenal, sino en todo el casco urbano, al menos allí donde haya espacio físico. «El Ayuntamiento debería incluso permitir que los bares que ahora no tienen terraza la pongan si tienen sitio para salir de esta situación tan difícil», dice Beatriz Vila.