«Esta situación es insostenible, solo de atender urgencias no vivimos»

lucía rodríguez peña LUGO / LA VOZ

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Los especialistas ven reducida su labor al mínimo debido al confinamiento, pero no están obligados a cerrar por decreto

31 mar 2020 . Actualizado a las 20:07 h.

Podólogos, terapeutas ocupacionales, ópticos y dentistas son algunos de los sanitarios cuyo trabajo no se ha detenido por el actual estado de alarma. Sin embargo, el confinamiento de los pacientes limita al máximo su actividad, centrada en atender urgencias. Estos profesionales lamentan las dificultades para proteger a trabajadores y usuarios ante la elevada demanda de equipos de protección y advierten también de los impedimentos para acceder a ayudas económicas al no existir una orden oficial de cierre: «De las urgencias no vivimos».

«Yo no quiero que me cierren la clínica, quiero que digan que debemos estar cerrados salvo las urgencias, pero que sea regulado porque así nos podremos acoger a las ayudas», explica el odontólogo Manuel García Rielo, que ha mantenido abierta su clínica de Lugo, a la que se desplaza cuando lo llaman por alguna urgencia.

Asegura que para poder atender a los pacientes necesitan «unas medidas de protección adecuadas» porque son «foco de contagio». El desabastecimiento de gafas, batas, mascarillas y demás elementos ha llevado a los colegios de odontólogos a recomendarles que soliciten un Erte ante la imposibilidad de garantizar la seguridad de sus empleados y pacientes ante un posible contagio.

Por ahora, su prioridad consiste en atender las urgencias que surjan a la espera de que el Gobierno establezca de manera más específica las medidas para limitar su actividad. Así se encuentran también los terapeutas ocupacionales. La presidenta del Colegio Oficial de Galicia (Cotoga), Pilar Blázquez, asegura que supervisa por teléfono a sus pacientes, pero lamenta que hayan dejado «ante un vacío legal absoluto» a los más de 300 profesionales a los que representa.

«Para este Gobierno no es una causa de fuerza mayor de cierre el hecho de que trabajemos con personas con problemas de salud graves y pluripatología y considera que podemos permanecer abiertos, cuando en ningún momento se dice que la gente pueda salir a hacer tratamientos de rehabilitación y en los hospitales están canceladas todas las actuaciones de tipo ambulatorio», reprocha Blázquez.

El trabajo de los terapeutas ocupacionales con pacientes que han sufrido un daño cerebral y se encuentran en un proceso agudo sigue adelante en los hospitales, pero está interrumpido el tratamiento con aquellos que reciben el alta y buscan alternativas en las clínicas. Para Blázquez, en esta situación «es mayor el riesgo de traslado a un ambulatorio y a los centros privados, que el beneficio que va a reportarle» y por ello mantienen los servicios bajo mínimos. Además, aunque quisieran, los centros de día en los que asisitían a personas mayores con demencias, alzheimer, están cerrados, así como el servicio de atención temprana a niños, confinados en sus casas.

El Colexio Oficial de Podólogos de Galicia (Copoga) dibuja un escenario similar. «Ha mermado toda la actividad y si solo atiendes urgencias es un número muy bajo de consultas, a nivel económico es un golpe muy fuerte y muy duro», explica Juan Dios, su presidente. Pasar de una consulta habitual a atender solo urgencias supone una caída de la actividad de hasta un 90%.

Seguridad

«Si no tenemos equipos de protección individual tendremos que cerrar la actividad porque sin ellos no podemos garantizar la seguridad del paciente ni del trabajador», indica. Justificar su cierre por el desabastecimiento de mascarillas, guantes y otras medidas es la única vía posible para poder acogerse a un Erte. «Es una situación insostenible porque de las urgencias podológicas la profesión no vive, no puedes mantener la clínica abierta».

«No podemos estar abiertos al público porque no tiene sentido, si queremos colaborar para que esto acabe lo antes posible no podemos ser foco de contagio», señala por su parte el delegado en Lugo del Colegio Nacional de Ópticos Optometristas, Manuel Alberto Diéguez. En su caso, esperan la respuesta del Ministerio de Sanidad, después de haber recibido el respaldo de la Xunta.