María, Inma y Sara, héroes en la pista y ejemplo de colaboración ciudadana
LUGO CIUDAD
Tres jugadoras de voleibol del Arenal Emevé y un cliente capturan a un varón que intentó atracar un bar de Lugo
07 mar 2020 . Actualizado a las 18:53 h.María Sanjurjo, natural de Monforte de Lemos y de 19 años. Inma Lavado, nacida en Extremadura y de 20 años. Sara Urrea, de Vigo y de 19 años. Son las tres jugadoras de voleibol del Arenal Emevé que sobre las 22.30 horas del miércoles demostraron sus dotes policiales y una grandísima acción y colaboración ciudadana.
Estas tres jóvenes, que además de equipo comparten vivienda en la capital lucense, regresaban a casa tras un duro entrenamiento en el pabellón municipal de Lugo. Venían agotadas y una de ellas con un fuerte dolor de cabeza. Pero estas molestias pasaron por completo cuando observaron a un varón persiguiendo a otro y gritando «ladrón». «Íbamos charlando y de repente vimos a dos hombres, uno corriendo detrás de otro, y gritándole «ladrón, ladrón». Sara y yo nos giramos y pensamos que no era un asunto grave, pero aún así empezamos a correr por si necesitaba algo. Iniciamos la carrera en la Praza da Soidade y tras recorrer varias calles del centro de la ciudad, acabamos en la Praza do Ferrol con el supuesto hombre que intentó atracar un bar capturado», explica la monfortina María Sanjurjo, que añade que la persecución duró unos quince minutos.
Inma, que era la jugadora que corría de última, adelantó al resto en un momento determinado de la persecución y fue la que le hizo frente al varón. «El hombre que seguía al supuesto ladrón manifestó que no iba armado y la reacción de Inma fue tirar la mochila, introducir su antebrazo y empujar al supuesto atracador hasta el puesto de la ONCE. Una vez que lo tenía retenido, el señor que lo venía persiguiendo lo sentó en un banco y al momento llegó la policía», explica María, que indicó que durante la persecución la adrenalina estaba al 100%.
Sorprendido por un cliente
Durante todo el recorrido, el individuo, de 42 años y sobre el que constan numerosos antecedentes, tenía el rostro tapado y un gorro en la cabeza. Con este mismo aspecto, entró minutos antes de iniciarse la persecución en un establecimiento hostelero y se dirigió a la camarera, a la que le indicó que le entregara el dinero que había en la caja. Pero no se dio cuenta que en el local se encontraba un cliente, que fue el que inició la persecución tras abandonar el susodicho el bar.
Una vez liberada, la camarera alertó a la sala de la Comisaría de Policía Nacional, que inmediatamente activó el correspondiente dispositivo de localización.