La estatua romana de Lugo, un caso singular en el noroeste peninsular

Laura López / francisco Albo LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

CEDIDA

La pieza, de entre los siglos I y II, no porta la toga tradicional, sino vestimentas similares a las que aparecieron en otras figuras de la Galia y de Britania

21 feb 2020 . Actualizado a las 22:11 h.

La estatua romana todavía tiene mucho que decir sobre la historia y el pasado romano de la ciudad de Lugo. La pieza, que fue hallada en las excavaciones de la Rúa da Xesta, está datada entre los siglos I y II. Por el momento, los arqueólogos ya han constatado que se trata de un caso excepcional en el noroeste peninsular, debido a las vestimentas que porta. La toga no guarda relación con las de las piezas romanas de la época encontradas en el país ni tampoco con las vestimentas castrexas. Sí hay muchas similitudes, sin embargo, con las ropas de numerosas estatuas encontradas en la Galia romana (Francia) y en Britania (Inglaterra y Gales), según matizó Roberto Bartolomé Abraira, arqueólogo de Engobe Arqueología, que dirige las excavaciones de la Rúa da Xesta. Y solo esa particularidad en las vestimentas ya la convierte en un caso singular en el noroeste peninsular.

Por su parte, Gonzalo Meijide, arqueólogo de la Dirección Xeral do Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia, explica que la toga romana es un elemento de prestigio, y que en los restos de estelas romanas, relieves y del torso de Saa que se conservan, los pliegues de la toga están por encima del hombro y muy destacados, mientras que en la estatua romana aparecida en la Rúa da Xesta no están tan marcados. Meijide señala que la estatua no responde a los cánones del arte clásico ni tiene atributos clásicos. El análisis del material que sellaba la estatua y un estudio detallado de sus características y su contexto podrán arrojar pistas sobre qué representaba y cuál era su función: si era una figura femenina o masculina, una deidad... Además, cuenta con un espigo o saliente en el pie, lo que indica que estaría encajada en algún monumento. «O que non sabemos por agora é que tipo de monumento sería», apunta Meijide.

El arqueólogo de Patrimonio Cultural explicó que la estatua fue enterrada en la época del Alto Imperio Romano (siglos I-II), y fue colocada «con certo respecto, depositada con coidado», matiza Meijide, aunque se desconoce si se realizó con fines votivos o con otro objetivo.

La estatua, de unos 85 centímetros de altura (por tanto, no es a tamaño real), está realizada en granito y es también un caso excepcional en la zona en cuanto a estatuas romanas de bulto redondo, ya que se trata de una figura entera, salvo la cabeza. En el Museo Provincial de Lugo se conservan, entre otras piezas, el torso de Saa, relieves y los pies de una estatua.