Un agente de Lugo niega maltrato y amenazas a su expareja, que renuncia a la acusación particular

T. Taboada LUGO/ LA VOZ

LUGO CIUDAD

ÓSCAR CELA

La Fiscalía solicita para el acusado una pena de doce años de prisión

11 feb 2020 . Actualizado a las 18:08 h.

Un agente de Lugo se enfrenta a doce años de cárcel por supuestamente haber maltratado a su pareja a la que, una vez concluida la relación, también supuestamente ha acosado y amenazado. Es la petición que ha formulado la Fiscalía en un juicio celebrado esta mañana en la Audiencia Provincial de Lugo. Por su parte, su abogado, Juan Carlos López, demanda la libre absolución amparándose en la falta de pruebas. «Nosotros entendemos que no existen pruebas suficientes en el procedimiento como para imputar a nuestro patrocinado de los delitos que se le imputan», indicó.

Sin embargo, la acusación pública mantiene en sus conclusiones provisionales que el acusado es responsable de un delito de malos tratos habituales, tres delitos de malos tratos, otro delito continuado de amenazas y también un delito de descubrimiento y revelación de secretos. Considera además que la víctima padeció un trastorno ansioso depresivo que requirió tratamiento farmacológico y terapia psicológica durante medio año. Por todo ello, solicita para el agente una pena de doce años de cárcel, además de la privación de poseer armas durante seis años y una multa de 360 euros. También reclama una indemnización para la víctima de 2.400 euros y la prohibición durante cuatro años de aproximarse a menos de 500 metros.

El procesado, que negó haber maltratado y amenazado a su expareja, manifestó que la relación con ella era de ida y vuelta y complicada.«No es mi manera de actuar», respondió a su abogado sobre supuestas amenazas, al tiempo que insistió en que no convivían juntos. En cuanto a la Fiscalía se acogió a su derecho a no declarar.

La mujer también admitió que la relación era de «idas y venidas», que incluso después de haberlo dejado y hasta junio de 2016 quedaban de «vez en cuando». También ha puesto de manifiesto que «no» lo veía capaz de cumplir con las amenazas, que supuestamente se habían producido vía Whatsapp o por mensajes de texto, vinculando todo lo sucedido a una cuestión «más de acoso».