Lugo estrena su cuarto canil, que incluye un circuito de gimnasia para mascotas de distintos tamaños
14 dic 2019 . Actualizado a las 18:32 h.Si los perros pudiesen diseñar un parque de juegos, este posiblemente encajaría con el que el Concello de Lugo acaba de inaugurar en la calle Serra de Ancares. Es algo así como un paraíso perruno en el que los canes tienen un buen puñado de metros para corretear, fuente en la que beber y hasta un circuito de agility en el que pasar el rato mientras sus dueños toman tranquilamente el fresco.
El parque perruno, de 780 metros cuadrados y rodeado de una valla que les permite ir sin correa, está dividido en dos, uno pensado para los perros más grandes y otro para los más pequeños. A su alrededor, bancos para los dueños o para quien quiera descansar un rato, y una fuente para personas que tiene también un dispensador para los canes. Además, en la entrada del parque los dueños de las mascotas disponen de bolsas en las que depositar los excrementos de los perros.
Los 50.000 euros que el Concello de Lugo invirtió en el canil han lavado la cara al lugar, que no hace mucho era poco más que una zona en la que aparcaban coches. Ahora dentro del recinto vallado hay balancines para los perros, un eslasom de palos de madera, elementos con cuerda para el salto e incluso un túnel y una estructura triangular. Todo un circuito de diversión que ya están disfrutando los primeros, como Denver, un cachorro cuyos dueños esperaban con interés que el canil abriese sus puertas.
La perrita, recogida de la calle, fue de las primeras en echarse unas carreras por el parque para cánidos y también en probar los columpios, solo aptos para los valientes o, en su defecto, para los golosos a los que sus dueños animan a base de gominolas.
«Cremos que este é un dos espazos de ocio máis versátiles da capital», definió el concejal de Medio Ambiente Álvaro Santos, que cree que la nueva área de descanso favorecerá la convivencia entre personas y animales. Eso sí. Los que quieran participar de la diversión tendrán que cumplir con las normas. Entre ellas, que cada dueño no puede acudir con más de dos canes, los perros peligrosos deberán ir con su correspondiente bozal y no habrá sitio para las broncas entre animales. Tampoco podrán escarbar en busca de tesoros ni tomarse la tierra como un aseo. El civismo perruno debe imperar en el canil, el cuarto en una ciudad en la que la cifra de perros no para de aumentar. A principios de año había más de 16.600 registrados y la tendencia es al alza. En la ciudad amurallada hay un perro por cada 6 habitantes.
La anexa calle Xardín reclama ahora a gritos que se adecente su firme
El nuevo canil de la calle Serra de Ancares se encuentra en el jardín próximo al Centro de cualificación e valoración de discapacitados y linda por un lado con la rúa Xardín, una calle por la que difícilmente pueden circular vehículos (es estrecha y con cierta pendiente) que lleva tiempo esperando a que se adecente su firme.
El estado de la calle, que da acceso a varios edificios, es muy deficiente. Carece de asfaltado y aceras y la entrada de los vecinos a sus casas es sobre una superficie barrosa. Entre los propietarios se pide que se adecente el lugar, y más ahora que tiene al lado un parque para perros en el que se invirtió una considerable suma de dinero.