La oficina del consumidor de Lugo ayuda al vilagarciano cuyo patio atraviesa un cable telefónico

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

LUGO CIUDAD

MARTINA MISER

El servicio lucense se puso en contacto con él para asesorarlo y que pueda solucionar la chapuza

13 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Así son las cosas. El asesoramiento que Norberto Garanger no encontró en Vilagarcía lo halló ayer en Lugo. Tras conocer la rocambolesca historia del cable telefónico que cruza el patio de este vecino del barrio de Os Duráns, a un metro escaso sobre el suelo, uno de los técnicos de la oficina de información al consumidor que presta sus servicios en la capital lucense logró ponerse en contacto con él. Lo hizo para explicarle qué tiene que hacer a la hora de reclamar que Telefónica y Movistar, las compañías propietarias del grueso tendido, corrijan esta verdadera chapuza.

«En estos casos, lo que uno debe hacer es acudir a la Jefatura Provincial de Telecomunicaciones y presentar un escrito solicitando el cambio de ubicación del cable», puntualiza la oficina de Lugo. «No sabemos cómo funcionará la de Pontevedra, pero en Lugo actúan inmediatamente».

Aunque no faltan consultas sobre problemas relacionados con este tipo de servicios, lo que en absoluto es frecuente es que una compañía tienda un cableado de esta forma. Norberto adquirió la vivienda, ubicada en un ramal sin salida de la calle Eduardo Pondal, hace tres meses. El cable en cuestión ya estaba allí, así que le preguntó al anterior propietario qué demonios hacía aquel armatoste cruzando el patio de semejante forma. El hombre, que llevaba tiempo sin habitar la casa, le aseguró que ninguna empresa le había pedido permiso para hacer algo así.

Sus consultas en uno de los establecimientos que Movistar gestiona en la capital arousana fueron atentas, pero tampoco condujeron a resultados positivos. El Concello, añade Norberto, le comunicó que poco podía hacer ante la invasión de una propiedad privada. En consumo, por último, le explicaron que, no tratándose puramente de un mal servicio, debía acudir a otra instancia. Esa instancia, por lo visto, se hallaba en Lugo. Y una advertencia final. Por lo visto, nadie puede hacer responsable a este hombre de los daños que se expone a padecer un cable tendido de esta guisa y sin autorización.