Cuartel

Antón Grande

LUGO CIUDAD

23 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La del cuartel de San Fernando va camino de convertirse en la historia de nunca acabar, porque mira que le dan vueltas unos y otros, con tal de frenar cualquier propuesta que venga del partido contrario. Cubrí la información cuando le fueron entregadas las llaves del edificio al Ayuntamiento de Lugo. Al salir de allí ya me filtraron que el proyecto que había previsto para el cuartel, el nuevo auditorio, no se iba a llevar a cabo.

Yo conocía aquel edificio por dentro, pues una vez licenciado del servicio militar tenía que pasar por sus oficinas a pasar revista por ello, y cuando se entregaron las llaves y recorrí el caserón comprobé que aún se encontraba en buenas condiciones. Pero claro, llegaron las luchas partidistas para chinchar al contrario; cuando unos proponían una cosa, los otros negaban permisos o planteaban otra alternativa, eso sin olvidar ese informe negativo de Icomos que parece fue ninguneado por algún partido. Cuando parecía que por fin se le iba a dar una solución, salen los otros, los aliados de Vox, diciendo que de museo de la romanización nada, que estaría más aprovechado como parador de turismo o incluso como un colegio. Ya puestos a desbarrar yo propongo que monten allí un gimnasio, un bingo benéfico, un cine, o un lupanar. No creo que ello desentonara mucho con la burrada cometida en el espacio que ocuparon antaño las cuadras cuarteleras, convertido ahora en una plazoleta con jardines de piedra, si, de piedra en lugar de hierba por donde asoma, atrevido, algún pequeño hierbajo. Un lugar en el que los niños no pueden jugar ni los mayores caminar. Una joyita arquitectónica, vamos, que se lucieron.