El enésimo desencuentro por el cuartel de San Fernando

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Carlos Castro

El inmueble lleva desde el 2005 esperando una reforma y que le doten de contenido

05 sep 2019 . Actualizado a las 19:54 h.

El cuartel de San Fernando es un problema enquistado en el corazón de Lugo. Durante más de dos décadas su remodelación, su titularidad y su dotación de contenido han sido un debate recurrente y un arma arrojadiza para unos y otros. Y mientras, la casa sin barrer y el edificio cayéndose a cachos (por épocas, literalmente).

La compra

El Concello adquiere el edificio a Defensa en el 2005

 Fue en septiembre del 2005 cuando el concello presidido por López Orozco asumió la propiedad del cuartel, hasta entonces en manos del Ministerio de Defensa. Su adquisición ya tuvo miga, puesto que las negociaciones habían comenzado en el año 1996 y hasta el 2002 no se había aprobado el convenio para la compra. Luego llegarían otras vicisitudes.

 Auditorio

La primera finalidad

 El Concello abonó 2,4 millones de euros por el antiguo acuartelamiento con la idea de entregárselo a la Xunta para que se construyera allí el nuevo auditorio. Respecto a esta finalidad, también hubo ciertas idas y vueltas, pero en el 2006 Orozco anunció que se destinaría a auditorio y que Política Territorial y el Ministerio de Cultura se involucrarían en el proyecto. Incluso se establecieron las cantidades a aportar por cada administración, correspondiendo 13,4 millones a la Xunta y 3 al Ministerio para dotarlo de contenido. Todo parecía encaminado, pero no.

 La paralización

La entrada de la Unesco

 El auditorio en San Fernando llegó a tener un proyecto diseñado. Un diseño que el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia denunció por duplicar el exceso de edificación máximo permitido en el PREPI. El Concello desestimó las alegaciones del COAG y defendió que encajaba en la legalidad, pero más tarde entraría Patrimonio en el caso reclamando modificaciones. Ya en el 2007, fue la Unesco, a través de su órgano consultivo, el Icomos, la que se mostró contraria al proyecto por su repercusión visual en la muralla con informes que obligarían a desistir respecto al auditorio. La consellería de Cultura, con la nacionalista Ánxela Bugallo al frente, se mostró proclive a tumbar ese proyecto y ubicar allí el Centro de Interpretación da Romanización de Galicia, al que por entonces se buscaba ya ubicación. Se cerraba una etapa y se abría otra, a pesar de que durante mucho tiempo el Concello insistiría en la idea del auditorio.

 La cláusula

Cinco años de margen

 Durante los siguientes años el debate sobre el uso del cuartel fue constante. Incluso el PP llegó a sugerir destinarlo a parador de turismo. Pero fue el museo de la romanización el que congregó los mayores apoyos. Comenzaba otro pulso, el de Xunta y Concello por la recepción del edificio. Como había sucedido con el auditorio, se debatió, se redactó un proyecto, se anunció que en el 2011 las obras empezarían y que costaría 10 millones. En el mes de julio, el gobierno de Orozco aprobó la cesión del edificio a la Xunta, pero incluyó una cláusula: si en cinco años el edificio no era centro de la romanización, volvería a ser de propiedad municipal.

 La recepción

Sin cuajar la cesión

 Corrieron ríos de tinta entre Xunta y Concello respecto a la recepción de San Fernando. El ayuntamiento defendía que desde el 2008 la administración autonómica tenía la custodia del acuartelamiento, y la Xunta no llegó a dar nunca por recibido el edificio.

 Los daños

180.000 euros de inversión

 Un edificio declarado Bien de Interés Cultural con más de dos siglos de antigüedad y una superficie de 4.000 metros cuadrados. Ese es el cuartel de San Fernando, un inmueble que ha acusado el paso del tiempo y que ya ha vivido varios capítulos de caídas de cascotes que obligaron a llegar a acuerdos entre las administraciones para trabajos urgentes de mantenimiento. En el 2013 el perímetro del edificio llegó a vallarse debido a una rotura de una viga. Hubo que esperar otro par de años para que Concello y Xunta se comprometiesen con la consolidación y mantenimiento del edificio, acordando aportar cada una 90.000 euros destinados a la cubierta y los forjados. Eso fue en el 2016.

 La otra ausencia

Y mientras tanto, el auditorio

 Propuestas parlamentarias, debates, acusaciones mutuas... Han sido años de discusiones alrededor de un Bien de Interés Cultural (fue declarado por la Xunta en el 2009) que ha ido languideciendo víctima de la falta de acuerdo entre las instituciones. En pleno 2019, el BNG ha anunciado que presentará de nuevo ante el Parlamento una iniciativa para que la Xunta asuma el inmueble. Mientras, la otra cara de la moneda es el nuevo auditorio, una infraestructura que, tras años también de espera y sucesivas polémicas, sigue pendiente de recepcionar en un nuevo desencuentro de los gobiernos local y autonómico.

El PP dice que los nacionalistas están «deslexitimados» en el tema del cuartel

El Partido Popular considera que la propuesta del BNG de llevar de nuevo al Parlamento el caso de San Fernando es «unha ocurrencia máis e unha tomadura de pelo dos nacionalistas aos veciños de Lugo. O BNG busca enredar e enganar aos lucenses para disimular os anos que pasaron de brazos cruzados, e a parálise que o PSOE co apoio do BNG instalou en Lugo dende hai dúas décadas e que tamén afectou ao futuro do Cuartel de San Fernando».

A ojos del grupo municipal, los nacionalistas están «deslexitimados» en este asunto puesto que «foron eles os que impediron a execución do proxecto para converter en auditorio o antigo cuartel de San Fernando», recordando el informe del Icomos «promovido dende o BNG».

Destacan que la Xunta invirtió 20 millones en el nuevo auditorio y aportó para conservar San Fernando. «Dende o PP pensamos que o lóxico nunha administración responsable, que ten un proxecto claro para un edificio, debería ser a primeira interesada en lideralo contando coa participación doutras administracións ). Non ten sentido o afán que amosan de desfacerse deste inmoble salvo que responda a un interese partidista».

O Vello Cárcere, el ejemplo de cómo se puede dar una nueva vida a un edificio recuperado

Mientras el cuartel de San Fernando languidece, O Vello Cárcere vive una segunda juventud. La antigua cárcel es el ejemplo perfecto de cómo la recuperación de un edificio, su puesta en valor y el acierto a la hora de dotarlo de contenido, permiten a inmuebles con historia disfrutar de una segunda vida y ofrecer a luceneses y visitantes una oferta cultural amplia y diferente.

Ayer fue la concejala de Cultura, Turismo e Promoción da Lingua, Maite Ferreiro, la que dio los datos de afluencia a O Vello Cárcere durante los mese de verano. En total, fueron 6.151 personas las que visitaron el centro, en el que las exposiciones y la recuperación de la memoria histórica conviven.