¿Tenemos una pitón en el cámping?

La Voz LUGO / LA VOZ

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CEDIDA

Llevar un ofidio de gran tamaño a una instalación hostelera es legal si cumple la normativa y tiene su documentación

05 sep 2019 . Actualizado a las 19:51 h.

A finales del pasado mes de julio se desató cierta alarma en un cámping de la Provincia de Lugo porque en una de las parcelas había una caravana dentro de la cual habitaba una animal de compañía poco frecuente: una serpiente pitón albina, de 4,5 metros de largo y varias decenas de kilos de peso. El propietario, que prefirió no revelar su identidad ni la del cámping, para no perjudicar la imagen de su instalación, aceptó sin embargo contar los detalles de la situación vivida, que le puede ocurrir a cualquier colega, porque la caravana de un campista no se puede registrar cuando entra. Y además, normalmente, los usuarios de estas instalaciones tienen derecho a viajar con sus animales de compañía. Y esa era la condición que tenía la pitón albina que provocó un revuelo en el mencionado cámping lucense.

Tras varios días, el propietario llegó a un acuerdo con sus inquilinos para que abandonasen la instalación y se fueron a primeros de agosto a otro lugar con la caravana, y la pitón. Provenían de un circo que se había descompuesto. De hecho, los propietarios de la serpiente, treintañeros, estaban pensando en ceder al animal y buscaban trabajo en otros sectores una vez que el circo había desaparecido.

Por tanto, una pitón puede ser un animal de compañía igual que un perro; y puede tener derecho a pernoctar en un cámping, aunque ello constituya un disgusto para muchos otros clientes y sobre todo para el propietario, que puede ver como la clientela huye despavorida. Pero si la instalación del animal cumple la normativa y tiene su documentación en regla, su estancia sería legal.

Animal sin papeles

En el caso ocurrido en Lugo sin embargo no se daban estas circunstancias. Para empezar, la serpiente no tenía su documentación, sino un simple contrato de compraventa. Tampoco tenía microchip; ni disponía de una instalación segura, sino de un mero terrario con una bombilla y cerrado con una cuerda sencilla en una esquina de la caravana. Y además, se consideró potencialmente peligrosa, por medir más de cuatro metros y medio. La Guardia Civil recuerda que, según la normativa, las personas que posean un animal catalogado como potencialmente peligroso, deberán estar en posesión de la licencia administrativa que ampare la posesión del animal, expedida por el ayuntamiento de la localidad.

Además, es necesario tener una certificación acreditativa de la inscripción del animal en el registro municipal de animales potencialmente peligrosos y un seguro de responsabilidad civil.

Por este motivo, la Guardia Civil levantó acta de denuncia por la tenencia ilegal de animales potencialmente peligrosos.

Los agentes le dieron unos días de plazo de para que los propietarios de la pitón pudiesen poner su documentación en regla. Le colocaron el chip y mejoraron el terrario, pero no consiguieron tener en tiempo la documentación. Aunque, como finalmente abandonaron el cámping, la situación de tensión desapareció.