«Lugo nos ha sorprendido muchísimo»

Marta de Dios Crespo
MARTA DE DIOS LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

OSCAR CELA

La mayoría de los visitantes se quedan solo unas horas en la capital, lo justo para darse un paseo por el casco viejo

01 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Es un día de diario de finales de agosto. Ha amanecido con nubes, pero a media mañana el sol se cuela alto entre ellas y empieza a calentar en la capital lucense. Hay buen ambiente en la Praza Maior y en el punto de información turística se arremolina un pequeño grupo, esperando a ser atendido.

«Es nuestra primera vez en Lugo, estamos pasando unos días en León y aprovechamos para hacer excursiones por los alrededores», cuenta Pedro. Él y su mujer son de Parla (Madrid) y han llegado a la ciudad amurallada «sin expectativas, a ver qué nos encontramos». Viajan con su hijo y se quedan solo unas horas, tienen ganas de conocer la Muralla y acaban de entrar en la Catedral. «No sabíamos que cobraban, pero a mí me parece normal. Ahora en la mayoría hay que pagar entrada y me parece bien si lo destinan al mantenimiento».

Patxi y Lourdes se paran en la ventana arqueológica de la plaza de Santa María. Llegaron ayer desde Vitoria y se están quedando en una casa rural de Palas de Rei. Viajan solos, con un perro. «Venimos mucho a Galicia, sobre todo a la zona de las Rías Baixas, pero nunca nos habíamos parado en Lugo. Tiene mucho encanto», dice ella. No planificaron la excursión y se confiesan un poco perdidos, pero tienen la intención de descubrir la ciudad paseando.

«Estuvimos aquí el año pasado, vinimos a ver la playa de As Catedrais y por la tarde organizaban una excursión a Lugo. No nos había dado tiempo a ver nada, pero nos llevamos un buen recuerdo y queríamos volver», dice Nicolás. Él y su mujer, Inmaculada, visitan Lugo con sus hijas, Ana y Ángela. Son de Andújar (Jaén), y paran en Lugo unas horas porque tienen su residencia vacacional en O Carballiño. «Vinimos a ver la Muralla, la catedral y a comer», explica ella risueña. «A mi marido le gusta mucho la historia, y por eso es un buen destino». «Nos está gustando, está todo limpio y muy bonito. Esta es la imagen que tenía yo de la Galicia interior, más rural», añade.

Una pareja de peregrinos entra en la plaza. Son italianos, Alessandra y Pascual, y están en Lugo de paso. «No tenemos mucho tiempo, porque todavía tenemos que llegar a Santiago. Pasearemos algo por la zona centro y a lo mejor vamos a los vinos», dice él en inglés.

José Ramón y María del Mar pasean con calma por los alrededores de la catedral. Son asturianos, de Oviedo, y han visitado Lugo muchas veces. «Antes de jubilarnos veníamos por trabajo. Es una ciudad que nos gusta mucho y ahora venimos a disfrutarla», cuenta ella. Normalmente van y vuelven en el día, aunque a veces también les gusta quedarse a dormir. Les atrae la Muralla, la gastronomía y la gente. «Aquí todo el mundo es muy amable, muy agradable», apostilla él.

«Siempre viajamos al tuntún», dice Pilar con una sonrisa. Ella y Martín son de Tarragona y se están quedando en el Bierzo. Aprovechan para hacer excursiones y llegan a Lugo tras haber visitado Monforte. «Lo primero que hacemos es acercarnos a la oficina de Turismo. Es importante cuando no tienes mucho tiempo para ver un sitio», explican mientras recorren la Muralla. «Si nos llevamos una buena impresión, volveremos», puntualiza él.

Enrique, Sonia, Laura y Andrea son de Valladolid. La familia se está quedando unos días en San Cosme de Barreiros. Aprovecharon que no estaba de playa para hacer una excursión a Lugo. «A mí me está gustando mucho, aunque con todo el centro peatonal tiene que ser incómoda para los que viven aquí», dice él. Pasarán unas horas en la ciudad y esperan ver la Muralla, el casco viejo y la zona del río.

Críticas por el abandono

Más crítico es José María, salmantino. Viaja con su pareja y unos amigos. «En Lugo solo estaremos hoy, estamos de vacaciones en Galicia y nos apetecía conocer la ciudad», explica. Estuvieron unos días en Barreiros, visitaron Mondoñedo y Sargadelos y tienen planes para acercarse a Loiba, «para conocer el banco más bonito del mundo», dice Mari Carmen, que viaja con ellos. «Lugo nos ha sorprendido muchísimo, tiene un gran potencial, aunque no nos imaginábamos esto, las casas encima de la Muralla y zonas en el centro tan abandonadas», dice José María. Tienen una agenda apretada porque quieren conocer el templo de Mitra, la catedral, la Casa de los Mosaicos y la zona de bares. Tienen dudas sobre el Museo Provincial, porque Ana Isabel, que va con el grupo, no tiene claro que merezca mucho la pena.

«Hemos visto poco, pero la impresión es buenísima. Viajamos en caravana y la hemos dejado en un área muy cerca del centro, pudimos venir caminando», explica Salva. Él e Irene son madrileños. Han pasado unos días en Ribadeo y tienen que dejar su casa móvil en Ponferrada, así que pararon en Lugo porque les queda de paso. Aparcaron en la zona habilitada en República Argentina y planean dar una buena, dejando que la ciudad les sorprenda. «Nosotros vivimos en Madrid y estamos acostumbrados a otras distancias. Es un valor añadido cuando vas a ver una ciudad que apenas tiene distancias; nos está resultando muy agradable», explica ella.

Kristina y Stefan se sacan una foto con la figura de Ánxel Fole en Campo Castelo. Son de Fráncfort y viajan con sus hijos en plan familiar. «Hemos venido a España muchas veces, pero es nuestra primera vez en Galicia. Paramos en Lugo porque nos cogía de paso», dice ella en perfecto castellano. «Valoramos mucho la tranquilidad cuando viajamos, y esta tierra es tranquila. Además la gente es muy agradable y los bares son una maravilla. Hemos visto poco de momento, a mis hijos les ha encantado este parque -dice señalando con la cabeza- y ahora pensábamos acercarnos a la zona de la Muralla y a comer algo. ¿Nos recomiendas algún sitio?».

De vuelta a la Praza Maior, el punto de información turística sigue con gente. Mientras atienden a una pareja de turistas británicos, otros esperan su turno con paciencia. El sol se ha impuesto y reina en un cielo completamente azul.