El conductor favorito de Lugo se jubila

gloria garcía vivero / M. C. LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Cedida

Después de 36 años dedicados a la conducción, Ángel Rivas deja el volante del autobús para coger el de su caravana y descansar con su familia

20 jul 2019 . Actualizado a las 20:51 h.

Es un conductor de los buses urbanos de Lugo muy conocido entre la mayoría de vecinos de la ciudad, sobre todo por simpatía. Ángel Rivas, siempre sonriente y hablador, nos confiesa que le gusta pasar sus horas de trabajo charlando y bromeado con la gente.

-Es usted un personaje muy conocido en Lugo. La gente dice que es muy agradable y hablador. ¿Cómo se ve usted en su puesto de trabajo?

-Pues yo empecé en el 1983 y desde entonces he estado siempre trabajando en Lugo. Cuando llevas tanto tiempo en las mismas línea todo el mundo te conoce por el nombre. La gente es verdad que me suele decir que soy agradable, abierto y muy hablador. En el trabajo hay que concentrarse pero siempre intento sacar tiempo para charlar y bromear con la gente, meterme con los niños...

-Después de tantos años trabajando, tendrá usted muchas anécdotas que contar.

-Muchas. Sobre todo porque me gusta bromear con la gente. Una vez recuerdo que venían unos estudiantes de Rianxo y nunca se acordaban de lo que valía el bus, que eran sobre unos 26 céntimos. Yo siempre les explicaba que costaba lo mismo que una lata de sardinas, así todos los días. Cuando acabaron la carrera, un día cogieron el bus y metieron en una bolsa varias latas de sardinas y me las dieron, me dijeron «¿es así la cosa no?», yo les dije «si, perfecto chicos».

-Desde que empezó a trabajar en el 1983, ¿Qué cosas ve que han cambiado?

-La cantidad de gente que viaja en el bus. Antes a la zona de la universidad bajaba solo un bus y la gente no cabía, quedaba la mitad abajo en la parada. La gente se reía porque yo les decía de broma «venga hay que adelgazar que aquí todos no cabemos». Antes traíamos a tanta cantidad de gente que a veces hasta me ayudaban a tirar del volante para girarlo. Eran direcciones mecánicas muy duras y con tanto peso no podías mover el volante.

-¿Qué es lo que más vas a echar de menos después de 35 años dedicados a la profesión?

A la gente. Empecé muy joven a trabajar y estoy deseando ponerme el cartel de libre, pero me da pena perder el contacto con la gente. De todos modos, creo que podré seguir viéndolos y tendré mas tiempo para charlar con ellos e invitarlos a un café.