El ingeniero que se hizo lucense con su mujer y llegó a alcalde

antón grande

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

Tomás Notario vino a la ciudad destinado como funcionario y participó en impotantes obras

23 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Tomás Notario Vacas (Córdoba, Argentina, 1926) realizó sus primeros estudios en Buenos Aires, ciudad en la que residían sus padres. A los siete años su familia decide regresar a España y se instala en Salamanca, ciudad en la que estudia el bachillerato. Tras aprobar el duro ingreso en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, realiza dichos estudios en Madrid en donde se queda a trabajar, una vez finalizada la carrera, en el departamento de construcción del Instituto Nacional de Industria.

En 1958, el INI le envía a Pontevedra para construir la celulosa, y es en esta ciudad en donde conoce a su esposa, Chicha Malvar. Realizan el viaje de novios a París, aunque tuvieron que regresar pronto porque su esposa se

puso enferma. Ya de vuelta, como Chicha debería seguir un tratamiento y como había quedado vacante en Lugo la plaza de ingeniero del Ministerio de Obras Públicas, para aquí se viene mientras su mujer seguía recuperándose en Pontevedra con su familia.

En este período de tiempo, Tomás Notario reside en el hotel Méndez Núñez hasta que por fin llega su mujer, alquilan un piso «y nos hacemos lucenses». Surgen entonces varios encargos del Ayuntamiento lucense, a pesar de ser él un funcionario estatal y no municipal. Así, le solicitan varios proyectos como el de la estación de autobuses, que lleva a cabo en colaboración con otros profesionales aunque la construcción no se llevase a cabo hasta diez años después.

Luego es destinado como segundo jefe del Plan de Accesos a Galicia, y en este caso encuentra buena colaboración en el alcalde lucense, Fernando Pedrosa Roldán, para llevar a cabo la Segunda Ronda, lo que le sirve también para entrar en contacto con los problemas municipales.

Realiza también el proyecto del puente nuevo en As Saamasas, que se inaugura en 1975, año en el que el gobernador civil le propone ser alcalde de Lugo aunque viendo que se le ponía alguna zancadilla, decide renunciar. Pero coincide el momento con la muerte de Franco, le vuelven a pedir que acceda a ser alcalde, incluso varios concejales, por lo que acepta el cargo en el que repetiría de nuevo, ya en democracia, en 1991, por una petición directa de Manuel Fraga para que se presentase a las elecciones.

Ahora, jubilado, recuerda sus épocas juveniles cuando fue jugador de fútbol en Madrid, ha terminado de escribir sus memorias, que piensa publicar en breve, y no pierde ni un día su tertulia vespertina en las terrazas de la Praza Maior con sus amigos.

A la hora de elegir tres lugares favoritos, lógicamente se inclina por obras en las que ha tenido mucho que ver como el puente nuevo de As Saamasas, la residencia de ancianos de As Gándaras y el Colegio Universitario de Lugo.

 El puente

Tomás Notario Vacas destaca que el llamado puente nuevo de As Saamasas es la obra profesional más importante desde su punto de vista. «Creo -explica- que fue la obra más necesaria para Lugo porque desde los romanos la ciudad no tenía otro puente para comunicarse con la excepción del puente romano y el nuevo puente sirvió para comunicar la ciudad con toda Galicia».

La residencia de la tercera edad de As Gándaras es otro de los lugares seleccionados por Notario Vacas. «En este caso -comenta- el edificio se comenzó a construir en 1977, siendo yo alcalde de la ciudad, y su tramitación comenzó con la visita que realicé a Fraga Iribarne, como vicepresidente del gobierno que era, el 2 de febrero de 1976, día siguiente al de mi toma de posesión en la alcaldía lo que supuso todo un record en la gestión y para mí, una gran satisfacción social».

ALBERTO LÓPEZ

 Aval

Su tercer lugar favorito lo constituye en este caso el Colegio Universitario. Como vicepresidente que era del Patronato Virgen de los Ojos Grandes, destinado a la creación del centro universitario, le tocó asumir, con el presidente de la Diputación, la tarea de resolver los problemas.

«En noviembre de 1976 -recuerda- el principal problema era la falta presupuesto para pagar las nóminas y gastos del Colegio Universitario, por lo que llegué incluso a avalar personalmente el crédito solicitado de dos millones y medio de pesetas. Además, conseguimos iniciar la construcción del edificio de Augas Ferreas en 1977, sufragado por ambas instituciones, lo que serviría para consolidar la creación del Campus, del que, sin lugar a dudas, el Colegio Universitario fue el embrión».

ALBERTO LÓPEZ

Es medida tarde, y Tomás Notario se despide para acudir a su habitual tertulia.

Ahora solo hay que esperar a la publicación de sus memorias, que es de esperar que no se demoren mucho.