La crisis del PSOE en Lugo: una división que puede tener consecuencias

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

El secretario general del PSOE en la provincia de Lugo, Álvaro Santos, en la rueda de prensa en la que anunció su renuncia
El secretario general del PSOE en la provincia de Lugo, Álvaro Santos, en la rueda de prensa en la que anunció su renuncia ALBERTO LÓPEZ

Diferentes familias del partido se unieron para derribar al líder que votaron los militantes en las primarias

18 jun 2019 . Actualizado a las 19:06 h.

La división en el PSOE de Lugo se viene fraguando a fuego lento desde el día en el que Santos accedió a la secretaría provincial tras ganar las primarias. Ofreció a sus contrincantes puestos en la ejecutiva e intentó coser el partido -que venía de una crisis monumental con Besteiro, Santín (también secretario dimitido) y Martínez como protagonistas-, pero nunca tuvo el beneplácito de Caballero, que apostaba por la parlamentaria Patricia Otero para controlar el partido en Lugo.

Santos desveló que Caballero le dijo que no se presentase a las primarias, pero el lucense siguió adelante con su idea, apoyada en que controlaba el gobierno de la Diputación, una plataforma influyente. Este poder comenzó a aumentar el recelo en parte de los alcaldes y portavoces socialistas e, incluso, dentro del seno del gobierno de Darío Campos, con evidentes disensiones.

Melchor Roel -alcalde socialista de Viveiro ya fallecido- afirmaba sobre las históricas diferencias en el PSOE: «Cuerpo a tierra, que vienen los míos». Ese escenario se comprobó con las candidaturas al Congreso y al Senado que propuso la ejecutiva de Santos, y que modificó la comisión federal de listas, en la que está Caballero. Fue un aviso de que la dirección del PSdeG no quería al secretario lucense.

La tregua de la campaña de las municipales se rompió al día siguiente de las elecciones. Santos se anticipaba a defender que Campos debería repetir como presidente de la Diputación, y este comenzaba a hablar con los alcaldes afines. A los seis días, el alcalde de Monforte, José Tomé, miembro de la ejecutiva de Santos, anunciaba su candidatura, sabiendo que tenía el apoyo de la dirección del PSdeG.

La reunión de ediles del partido judicial de Lugo fue la expresión de que Santos no tenía el respaldo ni del aparato ni de regidores con peso político, quedando fuera de la lista de diputados y precipitando su salida. En un último intento, el jueves se reunió con Caballero con la propuesta de que él se apartaba, pero a cambio de que aceptara que Campos era la mejor opción para la Diputación. No hubo respuesta el fin de semana y ayer Santos dimitió.

Al preguntarle si volverá a presentarse a las primarias, ni lo confirmó ni lo rechazó, pero sabe que hay socialistas lucenses contrarios a Caballero.

A un año de las elecciones autonómicas, el PSOE vive una crisis que puede tener consecuencias, ya que hay agrupaciones fieles a Santos y Campos, y muchos aún recuerdan cómo Feijoo fraguó su victoria del 2016 gracias a los resultados del PP lucense.