«Representé a Lugo en tres campeonatos de España»

ANTÓN GRANDE

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

El médico lucense Ramón Carril fue atleta en su juventud y montó el sanatorio Santo Ángel antes de trabajar en Polusa

25 may 2019 . Actualizado a las 22:05 h.

Ramón Carril Castro (Santiago, 1929) estudió el bachillerato en Lugo, adonde había sido trasladado su padre. Posteriormente volvería a Santiago a estudiar la carrera de Medicina, en la que se especializó en Cirugía. Sabe lo que son las urgencias, pues trabajó en ellas en el hospital compostelano durante tres años, hasta que regresó a Lugo para ejercer como cirujano.

Aquí, en unión de otros médicos, como el traumatólogo Piteira y el ginecólogo Rodrigo Castro, monta el sanatorio Santo Ángel, en la calle Montero Ríos, en el que había sido el sanatorio del doctor Vega Barrera, que rehabilitaron para ponerlo en funcionamiento. Al tiempo, es cirujano en la antigua Residencia Hermanos Pedrosa, que daría origen a lo que

actualmente es el HULA.

Una vez cerrado el Santo Ángel, en unión de otros siete médicos

adquiere en 1981 la mayoría de las acciones de lo que sería posteriormente el hospital Polusa, aunque andando el tiempo el número de médicos accionistas aumentaría hasta la actualidad. Gran aficionado a los deportes desde su juventud, fue campeón provincial de triple salto y de lanzamiento de jabalina, especialidades en las que fue representando a Lugo en campeonatos de España en Torrelavega,

León y Burgos. También jugó al fútbol en la Cultural Atlética Lucense y, sobre todo, gran aficionado a la caza, que sigue practicando hoy en día, tanto en Galicia como en Castilla y Extremadura.

Sus tres rincones favoritos tienen que ver mucho con su juventud y su profesión: el antiguo instituto Lucus, en el Pazo de San Marcos; el desaparecido sanatorio Santo Ángel y el sanatorio Polusa. «Cuando estudié el bachillerato -recuerda-, el instituto estaba ubicado en un ala del Pazo de San Marcos en donde incluso colocamos una placa

recordándolo. Había una gran camaradería entre todos los compañeros; éramos como hermanos, y los que aún quedamos lo seguimos siendo. De hecho, hasta hace dos años, nos juntábamos una vez al año para comer, pero ahora, entre que hubo muchas bajas, y que ya estamos un poco mayores, se ha tenido que suspender».

En 1960, en unión de otros dos médicos, puso en funcionamiento el sanatorio Santo Ángel, en el edificio que había sido el sanatorio del doctor Vega Barrera, fusilado por los franquistas, y que alquilaron a su viuda y rehabilitaron, pues llevaba varios años cerrado. «Allí trabajamos -explica- hasta 1980, en que decidimos cerrarlo para marcharnos algunos de los socios a Polusa, otros a su consulta particular y

otro a un hospital. Pero debo reconocer que fue una etapa muy bonita y de buen trabajo».

El tercer lugar preferido del doctor Ramón Carril, como no podía ser enos, es el sanatorio Pulusa, del que fue socio fundador y accionista y en el que tenía su consulta y operaba. «Después de haberme jubilado en la sanidad pública -señala-, aún seguí en Polusa, consultando y operando, durante tres años. Por aquel entonces yo me había ido a vivir a Chantada por razones familiares pero aun así iba y venía todos los día a Lugo a realizar mi trabajo. Sin embargo, llegó un momento en que mis hijos me plantearon que ya era tiempo de dejarlo, sobre todo porque cualquier día podía sufrir un accidente en la carretera, así que decidí retirarme definitivamente, aunque la medicina me sigue

atrayendo y me sigo actualizando y preocupando aunque no ejerza».

El doctor Carril, ahora, a sus casi 90 años, bien llevados por cierto, ejerce de abuelo, de padre y de buen tertuliano disfrutando de la vida. ¿Qué más se le puede pedir?