En el casco histórico de Lugo hay que ir a la farmacia para saber la hora

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Óscar Cela

Las agujas de los dos principales relojes del centro quedaron detenidas prácticamente a la misma hora

15 may 2019 . Actualizado a las 07:29 h.

Quizás por cosas del destino, las agujas de los dos principales relojes que hay en el centro histórico de Lugo se quedaron clavadas prácticamente en la misma hora. El del consistorio marca las cuatro menos diez y el de la Catedral, las cuatro menos veinte. El reloj de los curas lleva años sin funcionar. El de los políticos anda a saltos. Y con este panorama, si no se dispone de reloj de pulsera o móvil, para saber que hora es en el centro de la ciudad hay que ir a la farmacia. Las cruces verdes de algunos de estos establecimientos informan en qué momento se vive y de la temperatura. Pero no todas las boticas tienen ese servicio público que ahora mismo es único. Algunas tienen letreros viejos que no dan la hora.

La ausencia de los relojes publicitarios que había en las plazas principales motiva que la ciudad se quede sin hora cuando falla el achacoso reloj del consistorio que va haciendo andar a duras penas un funcionario municipal. Cuando este no está, no hay quien haga que las agujas se muevan porque no hay concertado servicio de atención y mantenimiento con ningún relojero.

El reloj de la catedral lleva años fuera de servicio. En su día el obispado pagó una restauración del mismo pero al poco tiempo los engranajes de la máquina del tiempo decidieron que no se movían más y en las cuatro menos veinte de no se sabe que día se plantaron.

Y ahora el reloj de los curas descansa. Tardará en volver a funcionar porque el asunto de ponerlo nuevamente en funcionamiento no parece fácil. Bueno, bastaría con avisar a un relojero y listo; sin embargo en el obispado no son partidarios de volver a gastar el dinero para que el aparato vuelva a pararse. «O asunto do reloxo -comentó ayer un sacerdote- ten que ser tratado logo da rehabilitación e restauración do corpo das campás da Torre Vella».

Parece que no serviría dar vida de nuevo al reloj catedralicio si previamente no se quitan los problemas de filtraciones de agua que hay en la torre. Esa puede ser una de la causa de los achaques. Un relojero consultado ayer dijo tener constancia de que el problema del reloj no era ese sino la fase eléctrica que llega al campanario.

De momento hay hora en algunas calles de la ciudad como, por ejemplo las rúa do Teatro y Lois Peña Novo, gracias a los letreros de las farmacias. El Concello anuncia que pronto volverán los postes publicitarios, pero ya digitalizados.