De la piscina de Lugo al podio de Abu Dabi

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

cedidas

Vane, Isa e Iván consiguieron seis medallas en natación y demostraron la vía integradora del deporte

30 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«¡Foi tremendo!», describen entre risas y emocionados Isabel Trabado e Iván Rodríguez cuando recuerdan el momento en que se bajaron del autobús en la estación de Lugo y se encontraron a toda su gente esperándolos. Ellos, junto a Vanesa Gómez, regresaron hace unos días de Abu Dabi tras competir en los Juegos Mundiales de verano Special Olympics, una suerte de Olimpiadas para personas con discapacidad intelectual en las que confirmaron que son unos campeones. Volvieron a casa con las mochilas a reventar de anécdotas y media docena de medallas de oro, plata y bronce colgando de sus cuellos.

Isa, Vane e Iván comparten horas y vivencias en la Asociación de padres o tutores de personas con discapacidad intelectual de Lugo (Aspnais). Durante el último año cada lunes acudían puntualmente junto a su entrenador, Álvaro Fernández, a la piscina a perfeccionar brazadas, virajes y técnica con el sueño de subir a otro podio internacional. Porque en esto de las gestas deportivas no son novatos. Vane ya logró otra medalla en Japón en esquí; Isa compitió en Los Ángeles y Amberes; e Iván, en fútbol, se ganó una plata en Grecia.

Los tres son tenaces, la muestra de que el trabajo duro da sus frutos y el vivo ejemplo de que el deporte es una excelente vía para la integración en la sociedad. En Abu Dabi compartieron vivencias junto a otros 7.000 chicos de todo el mundo. Al principio era habitual ver a Iván diciéndole a su entrenador que le tradujese todo a inglés, pero al cabo de unos días Álvaro ya sobraba. «Era impresionante. Se quería comunicarse con un pakistaní, podías estar seguro de que o lograría», confiesa el técnico con un deje de orgullo.

A la hora de echarse a la piscina, cada uno lo afrontó como pudo. «Yo no estaba nerviosa, pero sí me pesaba un poco la responsabilidad», asegura Isa, que está preparando oposiciones. Vane, que acabó colgándose la medalla de oro, sí vivió un momento de pánico escénico. «Nas series preliminares púxose nerviosa e non quería nadar. Tras o esforzo de todo o ano, o que facían as familias e o do centro, non podía ser. Pero solucionouse rapidamente, un par de abrazos e unhas risas, e para a auga», relata Álvaro. La nadadora de Outeiro de Rei acabaría conquistando el oro. En el caso de Iván el reto mayúsculo fue tener que remontar. «Yo no estaba nervioso, estaba concentrado, pero salí mal y tuve que remontar poco a poco», hasta meterse en el podio, desvela.

Cuando Vane se vio en lo más alto del cuadro de honor su primer pensamiento fue para los suyos. «Acordeime de mamá, de papá e tamén do meu noivo», cuenta la nadadora, a la que su concello, Outeiro de Rei, brindó un sentido homenaje el jueves. La familia también fue lo primero que pasó por las mentes de Iván e Isa, aunque su primer gesto tuvo a Rafa Nadal como referencia. «Lo primero que hice cuando me dieron la medalla fue morderla, como Nadal», cuentan los dos compañeros entre risas.

El calor, los mares de arena y las costumbres de los Emiratos Árabes sorprendieron a los tres chavales. «A mí me llamó la atención su religión, la respeto pero no la comparto», dice Isa. Para Iván, sin embargo, la ciudad fue lo que más le atrajo, «sobre todo el Burj Khalifa», el rascacielos de más de 800 metros que preside el lugar. Y Vane todavía recuerda el calor que tuvieron que aguantar en pleno marzo.

«Pasámolo moi ben», coinciden los tres al recordar una experiencia en la que tuvieron tiempo para hacer turismo, convivir con otros chicos y competir. También para conocerse mejor. «Isa antes me caía mal, parecíamos Tom y Jerry, y ahora somos amigos», confiesa entre carcajadas Iván mientras su ahora amiga lo secunda. Los tres son unos campeones dentro y fuera del agua.