Casa de obispo con terraza y entrada desde la muralla por 990.000

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

El inmueble en venta fue construido para pagar la ampliación y el mantenimiento del acueducto de la capital lucense

30 mar 2019 . Actualizado a las 20:39 h.

Tener una casa con una terraza y entrada en un monumento que es patrimonio de la Humanidad solo es posible en Lugo. Basta con conseguir 990.000 euros. Ese es el precio de venta que tiene el inmueble número 22 del Campo Castelo. Realmente se trata de dos casas adosadas que vende como una la inmobiliaria lucense Altair.

La casa está rodeada de historia. Es de finales del siglo XVII y fue mandada hacer por el obispo Izquierdo, un personaje que no se dedicó a estar en su palacio sino que puso su empeño, además del religioso, en hacer diversas obras en la ciudad. Algunos libros de historia tienen interesantes capítulos dedicados a este prelado que ejerció el voto de pobreza. Dormía poco, vestía lo justo, detestaba los lujos y opulencias y practicaba el ayuno. Algunos historiadores cuentan que su cena más «pantagruélica» fue un huevo con hierbas cocidas.

Reseñan además varios autores que el obispo se llevó un gran disgusto cuando unos ladrones robaron en la iglesia de Meilán y dejaron varias hostias, que estaban en el copón guardado en el sagrario, tiradas por el suelo. El prelado, en señal, de repulsa por el sacrilegio cometido pasó una semana de ayuno.

El obispo Izquierdo se empeñó en resolver los problemas de abastecimiento de agua a la ciudad y por eso puso en marcha la ampliación del acueducto que provenía de la zona de A Piringalla. Para financiar los gastos optó por construir algunas casas que, se supone, vendió con posterioridad. Una de ellas es la que ahora está a la venta.

La casa adosada a la muralla, con terraza y entrada a través de esta llegó a ser levantada sobre el trazado original del gran monumento lucense. El patio está unido al histórico recinto y posee una puerta de entrada y salida justo enfrente de los torreones de A Mosqueira. En la fachada que da a la Praza del Campo Castelo comparte escudo con otra vivienda colindante.

ALBERTO LÓPEZ

«Estamos ante un inmueble que merece ser catalogado como una joya de la historia de Lugo», aseguran desde la inmobiliaria que lo vende. Como usos ideales para el inmueble plantean: oficinas centrales de una corporación hotel con encanto o la preparación de cinco viviendas de 110 metros cuadrados cada una de ellas

El historiador lucense Adolfo de Abel Vilela destaca que el obispo Francisco Izquierdo y Tavira (1748-1772) construyó dos casas en el lugar que había ocupado el castillo, destinando los 660 reales anuales para mejorar el servicio abastecimiento de agua a la ciudad con la instalación de una fuente en la Praza da Constitución, actualmente Praza Mayor. Esa, dice Vilela, fue la segunda modificación del acueducto que llevó a cabo el obispo.

Casi 700 reales anuales para conseguir que la ciudad tuviera agua corriente

Según el historiador lucense, el acueducto se dividía en tres tramos. «No primeiro estaban os seis mananciais que se recollían na zona do Castiñeiro, na parte norte da cidade. O segundo era a canle xeral ou cano principal, descuberto. Partía do nacemento da auga e chegaba á muralla. Tiña unha lonxitude de 2.158 varas», explica Vilela.

Añade a mayores: «O terceiro tramo era soterrado. Entraba polo Boquete, actual porta de San Fernando. Era uns canos de cantería con parediñas paralelas que pasaban por debaixo da rúa e tamén de varias casas».

«En todo o recorrido tiña 37 rexistros ou arcas. A distribución da auga facíase a altura da igrexa de San Bartolomeu para levala ao hospital de San Xoán de Deus e a os conventos de San Francisco, Santo Domingo e o de Santa María A Nova de onde pasaba a Fonte da Fe, que estaba na Praza Maior. De alí pasaba ao convento das Agostiñas Recoletas, continuaba ao pazo episcopal e a Praza do Campo onde estaba, e segue estando, a Fonte de San Vicente», relató el investigador Adolfo de Abel Vilela.

Fue el Ayuntamiento de Lugo el que solicitó en su momento ayuda al obispo para que financiase la canalización del agua desde O Castiñeiro.