Los vecinos de A Louzaneta toman medidas para frenar a los ladrones

Marta de Dios Crespo
Marta De Dios LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

OSCAR CELA

Llevan varios días reuniéndose y estudian ahora contratar seguridad privada

26 feb 2019 . Actualizado a las 11:28 h.

Los vecinos de A Louzaneta están hartos de los ladrones. Solo este mes han sufrido casi una decena de robos y han empezado a organizarse para evitar que se sigan produciendo. Los cacos entran en sus casas cuando sospechan que no hay nadie, buscando dinero y joyas. Suelen actuar rápido, apenas emplean unos minutos cuando ha saltado la alarma o detectan que algún vecino ha podido alertar a la Policía. Si creen que no hay moros en la costa, se recrean. Hace poco tuvieron incluso tiempo para abrir una caja fuerte y hace no tanto cortaron otra con una radial.

El domingo a última hora y tras sufrir la tercera oleada de robos de febrero (según cuentan los vecinos hubo varios saqueos los días 5, 13 y 23 de este mes), convocaron una reunión para valorar el asunto, estudiar medidas y tratar de atajar el problema. Unas 60 personas se juntaron para hablar del tema y organizarse a través de un grupo de Whatsapp que utilizan para alertarse unos a otros cuando perciben movimientos sospechosos. La mayoría dispone ya de métodos de seguridad como alarmas y otros dispositivos, pero barajan contratar vigilancia privada para que patrulle en torno a las casi 100 viviendas de la urbanización.

La Policía, comentan, apenas tarda unos 10 minutos desde que dan el aviso, pero esperan que una presencia permanente de personal de seguridad disuada a los ladrones de intentarlo siquiera. Una vecina cuenta como hace poco entraron en una casa vacía cerca de la suya, alguien vio a un par de personas desconocidas merodeando y dio la voz de alarma. Cuando ya sonaba la sirena del coche patrulla, otro vehículo entró por su calle «a toda velocidad y en dirección contraria», paró delante de la casa, recogió a un par de personas y continuó su camino. Explican los que viven por allí que los asaltos se producen al atardecer, cuando los cacos pueden actuar amparados por la oscuridad. En una misma visita a la urbanización pueden asaltar dos o tres casas. Llaman al timbre y si les contesta alguien, resuelven con cualquier excusa. Otro de los vecinos tiene imágenes de como dos sujetos ponen a prueba su vivienda. Mientras uno llama al timbre, el otro aprovecha para trepar por uno de los muros y estudia las medidas de seguridad.

Muchas vías de escape

La zona es un caramelo para los ladrones. La urbanización está pegada a un polígono industrial y la han desarrollado diferentes promotoras en varias fases, una de ellas tiene todavía obras en marcha. Está lo suficientemente apartada del núcleo urbano como para que sea una zona poco transitada y encima, abundan las casas deshabitadas. Aunque lo que convierte esta colonia en una mina de oro para los cacos son las alternativas que ofrece para el plan de fuga. La urbanización tiene unos seis accesos diferentes y algunos conectan a grandes vías de entrada y salida de la ciudad, como la N-540 o la A-54. Además por la zona hay todo un laberinto de pistas que los cacos pueden aprovechar para despistar a la Policía en caso de producirse una persecución.

Solo este mes la zona ha sufrido casi una decena de robos en tres días distintos

Inseguridad

La encuesta realizada por Sondaxe para La Voz hace un par de semanas revelaba que solo en algunas zonas de la ciudad se percibía la delincuencia como uno de los grandes problemas de los barrios lucenses. En otros el tema de la inseguridad ni siquiera llegaba a considerarse. No nos equivoquemos, el asalto sistemático de viviendas, se produzca donde se produzca, es un problema de todos.

Muchos viven atrincherados entre alarmas, cámaras y sensores de movimiento

Muchas casas están pertrechadas como auténticas fortalezas. Rejas en las ventanas, sensores de movimiento, alarmas, cámaras de seguridad o habitaciones del miedo, que se cierran de forma hermética cuando detectan la entrada de un intruso. Algunas incluso tienen todas estas medidas a la vez. Todo parece poco cuando se trata de garantizar la seguridad en una zona tan expuesta. Sobre todo, para los que no tienen allí su primera vivienda y dejan las casas solas durante días. Aunque la asociación vecinal parece por el momento la medida más efectiva.

Una avería inoportuna

La última oleada de robos se produjo este sábado. Curiosamente, el jueves por la tarde-noche tuvo lugar una avería técnica que dejó sin línea telefónica a una parte importante de la zona, la que está más pegada a Monbús. La incidencia dejó sin sistema de alarma a varias viviendas durante horas, aunque por lo visto el propio viernes se había ya solventado el problema.