Otros 130 siniestros fueron causados por otros animales de fauna cinegética
12 feb 2019 . Actualizado a las 14:57 h.188. Ese es el número de accidentes de tráfico que los jabalíes provocaron en Lugo a lo largo de los años 2017 y 2018. Así lo desveló un estudio elaborado por el Concello, que añade otros 130 choques más provocados por otras especies de fauna cinegética. En total, 318 siniestros que alertan sobre un problema creciente. De los 131 accidentes del 2017 se pasó a 187 el año pasado, un 30 % más.
«Cómpre facer unha actuación rápida», reclamó a la Xunta la alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, tras dar a conocer el estudio, que determina los lugares de paso, parada y dónde duermen los animales. El informe destaca los puntos más conflictivos en cuanto a concentración de accidentes por fauna cinegética: la LU-530, la carretera de A Fonsagrada, donde se produjeron durante este tiempo 13 siniestros en un tramo de 4 kilómetros; la A6 entrando a la ciudad por la carretera de A Fonsagrada, con diez choques en una distancia de tres kilómetros; la N-640 en dirección a Meira, a la altura de Teixeiro, con 21 siniestros en dos kilómetros; la nacional VI en el entorno del Pazo dos Deportes, donde se registraron cuatro accidentes en un kilómetro; y la A-54, donde en un recorrido de tres kilómetros tuvieron lugar ocho accidentes. En ninguno de los casos hubo víctimas mortales, y en su mayoría -el 60 %- fueron causados por jabalíes.
La alcaldesa insistió de nuevo en que las competencias de control de la fauna cinegética están en manos de la Xunta y demandó al gobierno autonómico que actúe de inmediato. Desde el Concello entienden que con el informe -«que fixemos por responsabilidade»- en la mano deberá intervenir sin demora y ejercer su responsabilidad en materia de gestión del territorio y control de la población de jabalíes.
Entiende Méndez que el estudio de concentración de accidentes causados por jabalíes permitirá a la Xunta analizar en profundidad la situación y a partir de ahí el organismo autonómico podrá delimitar cuáles son las zonas concretas sobre las que hay que actuar, especialmente, los terrenos que se deben rozar.
En ese sentido, desde el Concello defienden que la intervención de la Xunta se ha limitado hasta el momento a enviar cuatro mapas del municipio en los que se recogen todos los terrenos cinegéticos «dos que son zona de exclusión, é dicir, onde está prohibida a caza, 3.019 hectáreas das cales 2.085 son de chan rústico, polo tanto non se pode aplicar a Lei do solo e polo tanto nós non poderíamos actuar; e 1.700 de propiedade privada onde non é aplicable a obriga de manter a zona en perfectas condicións, como ocorre na zona urbana. Só se pode ordenar rozar cando hai riscos de incendios», detalló la alcaldesa.
Desde el Concello reclaman a la Xunta una campaña de comunicación entre los vecinos para informarles de pautas de actuación y de los riesgos de estos animales.
Solo en un tramo de dos kilómetros de la N-640 se registraron 21 choques