Cemento y precinto, así se tapa un pozo

Lorena García Calvo
lorena g.c. LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Alberto López

Rellenar los secos y asegurar los que llevan agua, procedimientos para cerrar las prospecciones

12 feb 2019 . Actualizado a las 14:55 h.

La desgracia de Totalán ha puesto en el escaparate los pozos de agua y el procedimiento que ha de seguirse para taparlos. Cuentan los expertos que la hoja de ruta es simple: si se obtiene agua, se coloca la bomba correspondiente y luego se precinta, y si la prospección no da sus frutos el camino es reciclar el escombro extraído y volver a rellenarlo.

Jesús González García ha dedicado media vida a perforar la tierra. Nacido en O Cebreiro, este técnico de sondeos retirado trabajó en las minas de Rubiás y puso en marcha una empresa de sondeos y estudios mineros. Él maneja algunas claves de la cuestión. «Se o pozo dá auga, o que se soe facer é poñerlle un arco de formigón. Eu por exemplo, a un que teño púxenlle un anillo dun metro de formigón e un caseto enriba, onde está a bomba de auga», describe.

La misma receta aporta Javier Jacob, que lleva más de dos décadas especializado en pozos de barrena. «Para tapalos, cando dan auga o que se fai é instalar a bomba somerxible, situarlle enriba unha placa de formigón e logo un caseto precintado». Ese es el modo en el que él trabaja desde hace años.

Pero la situación cambia cuando la prospección no es exitosa y el agua no aparece. «Se un pozo no dá auga habería que rechealos, botarlle de novo o escombro retirado», pero cuenta Jesús que «a xente non sempre o fai así, posto que o día de mañá ao mellor queren retomalo. Por exemplo, un propietario que baixa 100 metros, non atopa auga e quédase sen cartos porque xa investiu 3.000 euros, dentro dun ano igual dispón de novo de aforros e quere volver a tentalo».

La realidad pasa en ocasiones, según Jesús, por que los propietarios ubican en las bocas de esos pozos piedras que ajustan con martillos. Un remiendo que no se ajusta a lo que debe hacerse. «O idóneo é rechealo de novo co escombro extraído», receta.

Jacob, por su parte, tiene claro que en su sector no sirven atajos. «Cando non dá auga o que hai que facer é rechealo coa terra que extraíches», defiende. «Nós tapámolos co mesmo material, non poñemos pedras, porque aínda que son pozos moi estreitos, non queremos correr riscos. Por exemplo, unha vaca podería meter alí unha pata, e nós non nos arriscamos. Curámonos en saúde e recheámolos sempre».

Lo que dice la legislación

Con la legislación en la mano, los titulares de los pozos o sondeos son los responsables de «garantizar el sellado» de las prospecciones cuando se agota el agua «con material inerte, de tal forma que no quede alterado el flujo subterráneo en el entorno de la misma y se procederá a la retirada de todos los materiales eléctricos y mecánicos para su reciclado, utilización o traslado a un vertedero autorizado».

Dos tipos de permisos para perforar, en función de su uso

Sellar los pozos tiene sus normas, pero abrirlos también, y la legislación es la misma ya sea para pozos de barrena o artesanos. La única diferencia está en el uso.

Cuando el propietario de una finca plantea hacer un pozo para aprovechar el agua en esa misma finca hasta un tope de 7.000 metros cúbicos anuales deberá informar a la administración hidráulica de su intención y las condiciones, solicitando el correspondiente permiso. En el resto de casos, es decir, si el uso supera los 7.000 metros cúbicos anuales, o si el agua se empleará en una finca distinta, se necesitará una concesión administrativa. En este caso, el procedimiento legal es más complejo.

Obtener la autorización del correspondiente organismo que rige en cada zona no es el único escalón que hay que superar para poder abrir un pozo, ya que administraciones como el Concello también pueden tener competencias.

En ese sentido, Jesús González lanza una crítica hacia lo que considera un exceso de burocracia y de tiempos. Defiende que la administración debería ser más ágil y favorecer los intereses de los propietarios.