Una mano amiga para hacer la compra o pedir cita en el médico

M. Blanco REDACCIÓN / LA VOZ

LUGO CIUDAD

RecadosLugo

10 feb 2019 . Actualizado a las 04:45 h.

Como con tantas y tantas buenas ideas, la empresa de Purificación Juanes Lolo surgió de una necesidad personal. Un buen día aterrizó en Lugo por cuestiones profesionales y se encontró con que no tenía a nadie en la ciudad que le echase un cabo con esas contingencias cotidianas de las que no resulta fácil escapar: hacer la compra, unos recados, ayuda en casa... Fue así como decidió crear RecadosLugo, una empresa de ayuda personal que ha encontrado en el colectivo de las personas mayores a muchos de sus actuales clientes.

«Nos adaptamos -explica Juanes- a todo lo que necesita el cliente. Lo acompañamos al médico o le pedimos cita en la consulta, le hacemos la compra o la comida, vamos con ellos al cementerio o los ayudamos con una gestión administrativa si es lo que precisan...» La empresa lucense se ha convertido en un aliado diario para muchas personas mayores, pero también para sus hijos o para las personas a cargo, que con frecuencia se las ven y se las desean para atender estas situaciones cotidianas por sus propias obligaciones profesionales.

Aunque RecadosLugo no está centrada exclusivamente en este colectivo, sí ha desarrollado una línea de actividad concreta para los mayores habida cuenta del creciente número de jubilados, una tendencia que se agudizará aún más a o largo de los próximos años, según todas las proyecciones oficiales. La compañía cuenta ya con una plantilla de seis personas en poco más de tres años de vida, unos recursos centrados en extender todo el porfolio de servicios que ofrecen a sus clientes. «No son solo personas mayores, sino que cada vez hay más gente que va pillada de tiempo y que necesita de una ayuda; ahí es dónde entramos nosotros, para llegar a donde ellos no pueden», explica Purificación Juanes.

Sobre las tarifas de la empresa, la gerente y fundadora de este proyecto explica que cobran por los servicios recurrentes que les demandan -acompañamiento, ayuda doméstica...-, pero matiza que, si la ayuda se extiende en el tiempo, buscan que la relación entre cliente y trabajador se consolide. «Si una persona necesita ayuda en casa durante un año, por ejemplo, lo que hacemos es que se genere un contrato, pero entre ellos dos. El cliente contrata a la persona para lo que precise. Nosotros ayudamos con las gestiones», pero son ellos quienes crean el vínculo.