«Se non é pola Garda Civil, seguiría no lodo»

Tania Taboada

LUGO CIUDAD

Óscar Cela

Una brasileña afincada en Xermade pasó cinco horas enterrada en un barrizal y sin calzado

01 feb 2019 . Actualizado a las 21:12 h.

Explorar el terreno para descubrir dónde se encontraban las mejores setas y desestresarse dando una vuelta en su Peugueot 306 por pistas forestales del municipio de Xermade le jugó una mala pasada a Teilza Monteiro. Ahora lo cuenta con humor y como una anécdota, pero el día del percance las pasó «canutas».

Esta brasileña de 34 años de edad y afincada en la parroquia xermadina de Roupar de Arriba desde hace seis, vivió unas cinco horas de gran angustia y tensión tras adentrarse con su turismo por un camino agreste de la localidad y quedarse atrapada en un barrizal. «Collín o vehículo e fun de paseo para desestresarme e quedei atrapada co coche e incomunicada no medio lama. Tiña o teléfono da miña filla pequena pero non había case cobertura. Intentei chamar por whatsApp aos tres números que tiña almacenados, pero sen éxito. Cos nervos non me acordei de chamar ao 112 nin ao 092 e desde a unha e media ata ás seis e pico da tarde permanecín presa no interior do coche», relata Teilza Monteiro, que fue localizada y rescatada por agentes de la Guardia Civil de Vilalba luego de realizar con éxito varias gestiones. «Se non é polos gardas, seguiría no lodo. Continuaría enterrada, no interior do coche e descalza, agardando a que pasara un tractor ou alguén para que me auxiliara», indica.

Parada del autobús

La alerta saltó cuando el autobús escolar llegó a la parada, enfrente a la casa Habanera de Roupar de Arriba, y la mujer no estaba esperando a sus niñas, de siete y doce años de edad. Tras permanecer un tiempo esperando y ver que la madre no llegaba, el conductor y la cuidadora llamaron a la Guardia Civil, que se personó rápidamente en el lugar y se entrevistó con los alertantes. Una vez los agentes en el lugar, el busero continuó su ruta y estos se hicieron cargo de la situación. Lo primero que hicieron fue entrevistarse con las escolares y a continuación se desplazaron al domicilio donde reside la mujer con las menores. Pero allí no se encontraba nadie. «Cando chegou a hora de ir buscar ás nenas, púxenme todavía mais nerviosa, pero non daba feito nada por sair de alí», recuerda.

Incomunicada

Luego de que los agentes continuaran preguntando a las menores, a la de siete años le vino a la mente darle el número de su teléfono móvil, que justamente lo tenía su madre. «Unha vez que a miña filla lle dou o número aos gardas, estes chamaron e xusto tiña eu o seu teléfono porque o meu estaba a arranxar. Tras contactar conmigo e seguir as indicacións dunha compañeira que me acompaña nas rutas de sendeirismo, paseos e xornadas micolóxicas, localizáronme no medio da lama e dentro do coche», explica Teilza Monteiro.

Angustia

Pero mientras no fue auxiliada, la mujer pasó momentos de gran angustia y agobio porque no lograba salir de aquel complicado terreno. La primera reacción para intentar salir de tal cantidad de barro fue accionar el acelerador, lo que produjo justamente un efecto contrario. Su coche se adentró más en el lodo hasta casi cubrir las cuatro ruedas. Ya de los nervios y viéndose acorralada, salió del vehículo para intentar introducir piedras junto a las ruedas e intentar salir, pero muy mala iniciativa porque lo único que hizo fue enterrarse en el barro y quedarse sin sus tenis, que quedaron anclados en el medio del lodo. «A sensación era como se me fose a tragar a terra. Intentaba andar pero non daba. Foi angustioso. Abría a porta do vehículo e entraba lama. Tiña barro ata ás rodillas e estaba literalmente conxelada. Metinme no coche, pechei a porta e morría de calor, porque batía o sol no cristal. Sempre teño auga no coche polas nenas, pero xusto ese día non tiña. Quedeime ata inconsciente», relata Teilza Monteiro, que cuando vio a las dos patrullas de la Benemérita con los cuatro agentes preparados para rescatarla vio la luz y ya respiró tranquila. «Foi velos e xa me pasou a agonía. Amarraron o vehículo cunha corda no seu todoterreno e remolcáronme ata a carretera», explica esta brasileña tras pasar horas de angustia en el interior del vehículo y enterrada en el lodo.