Un lucense acude al HULA al volante de su coche tras recibir un golpe de hoz en la nuca

Enrique Gómez Souto
Enrique G. Souto LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

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La fiscalía pide seis años de cárcel por intento de homicidio para el acusado de la agresión

21 dic 2018 . Actualizado a las 13:02 h.

En el banquillo de la Audiencia Provincial se sentó ayer un lucense acusado de golpear en la nuca con el filo de una hoz a su cuñado en agosto de 2016. El letrado que ejerce su defensa solicitó la absolución o, en otra opción, que se considere un caso de lesiones. La acusación pública pide seis años de cárcel por homicidio en grado de tentativa, y la particular, 12, porque ve en la agresión un intento de asesinato en grado de tentativa. El herido llegó al hospital en su propio coche, taponando la herida con una toalla.

La historia que condujo a un vecino de Cimadevila al banquillo se desarrolló poco después de las siete de la tarde del 11 de agosto de 2016. El acusado y la víctima son cuñados. El hombre que aquel día resultó gravemente herido se encontraba cerca del pozo, porque en su casa se había producido una fuga. Según relató en su declaración, su cuñado lo golpeó por la espalda con una manguera y le anunció: «Te voy a matar». Parece que la amenaza no surtió mayor efecto. El golpeado se dirigió a su casa, entró en el hall y cuando estaba a punto de abrir la puerta de la cocina recibió un golpe con la parte cortante de una hoz en la nuca. Cayó al suelo mientras sangraba abundantemente. Se levantó, cogió una toalla de la cocina, se la aplicó en la herida, se subió al coche y llegó al borde de sus fuerzas al HULA, situado a unos cinco minutos del lugar donde se produjo la agresión.

Fue atendido en urgencias y derivado seguidamente a cirugía. Fueron necesarias veinte grapas para cerrar la herida, así como tratamiento a base de antiinflamatorios y antibióticos. El herido tardó 257 días en curar, de los que 30 fueron impeditivos. Le quedaron secuelas, entre ellas limitación de movilidad en la extensión y rotación de la cabeza. Al día siguiente de la agresión, un juez ordenó el ingreso en prisión provisional del hombre que ayer se sentó en el banquillo.

Aviso a la Policía

La Policía fue avisada desde el HULA. Acudió a Cimadevila y allí estaba esperando a los agentes el hombre juzgado ayer. Les indicó dónde se encontraba la hoz, que según declaración de un agente, tenía sangre en el filo.

El acusado relató que vive muy cerca de la casa en la que residen su hermana y su pareja (el hombre que fue agredido). De la relación con su cuñado, aseguró que era buena. Por su lado, el agredido manifestó que apenas tenían relación, porque él, que se dedica a la hostelería, come prácticamente siempre fuera de casa.

El acusado afirmó que no recuerda haber golpeado a su cuñado con una hoz. Manifestó que aquel día «había bebido bien» y detalló (por momentos no era fácil entender con claridad su testimonio) que a mediodía había consumido «dos botellas e pico» de vino y, por la tarde, varias cervezas. En prisión se sometió a un tratamiento de deshabituación.

Un testigo

Los hechos que dieron lugar al juicio fueron presenciados por otro vecino, que, al parecer, mantenía buena relación con el acusado. Tanto las acusaciones como la defensa apenas le formularon preguntas, por sus limitaciones para escuchar lo que se le planteaba.

La fiscalía lucense solicita una indemnización de 20.925 euros y, la acusación particular, de 29.169. La acusación pública pide también que el acusado permanezca alejado del agredido durante once años, en los que tampoco se podrá comunicar con él.