Tres jóvenes logran que el concello de Láncara recoja y lleve a un refugio a tres perros abandonados

Tania Taboada

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

13 dic 2018 . Actualizado a las 09:54 h.

Cansadas de que el Concello de Láncara no tomara cartas en el asunto, Yani, Susana y Vero, tres ex compañeras de trabajo, amigas y defensoras del bienestar animal, se plantaron ayer delante del consistorio lancarés hasta conseguir que el alcalde realizara las gestiones oportunas para trasladar a un refugio a tres perros que desde hace un tiempo deambulaban por Pobra de San Xiao.

Los hechos se remontan a hace tres años, cuando apareció por el pueblo una perra abandonada. El animal, que ayer presentaba una pata rota, tenía pánico y era imposible de coger. Un día, la perra se quedó atascada en unas barandillas y fue ahí cuando alguien aprovechó para cogerla. Sin saber qué hacer con el animal, la llevó a un bar del pueblo. Y allí estaba de camarera Vero, una de las tres jóvenes que ayer plantó cara a la situación. Junto a una compañera de por aquel entonces, alimentaba a la perra esperando que alguien la reclamase. A los pocos días, el animal mordió la cuerda y se escapó.

Hace cinco meses se juntaron a esta perra un pastor alemán y otro perro. Como cogerlos era misión imposible y nadie se hacía cargo de los animales, esta camarera habilitó en una zona del pueblo un espacio para que los tres se resguardaran. Con unos palés le construyó unas camas y les llevaba de comer. Así hasta hace tres días, que los animales se presentaron en una finca junto a su casa. Aprovechó para cerrarles la cancilla y esperar a que desde el concello las recogieran. Después llamó a sus dos amigas y entre las tres pidieron ayuda al alcalde. «Lo llevábamos llamando desde el primer momento y su respuesta era «sí, sí» pero no hacía nada. Ayer mandó a un operario a recogerlos en una furgoneta pero como desconfiábamos de que los soltara, puesto que tenemos constancia que alguna veces sucedió eso, seguimos la furgoneta», explican las jóvenes.

Pero parece que esta actuación no gustó al regidor, que no recibió de buenas maneras a las jóvenes. «Le preguntamos a dónde iban los perros y en principio nos dijo que no nos lo decía. Después nos dijo que para la protectora de Lugo. Llamamos a las instalaciones y no tenían constancia. Al final le tuvimos que decir que llamara a la residencia Garatuxa para que se los recogiera y a la Guardia Civil para que les pasara los lectores». concluyen.