Encuentran muerta en un piso del asilo de San Roque, en Lugo, a una septuagenaria lalinense que fuera cuidadora de un capellán ya fallecido

TANIA TABOADA LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Carlos Castro

27 nov 2018 . Actualizado a las 14:55 h.

Agentes de la Policía Local de Lugo encontraron en la tarde del domingo a una septuagenaria muerta en la vivienda donde residía desde hacía varios años. La fallecida, que se encontraba tendida en el pasillo y sin signos de violencia, es María del Carmen L. F, conocida como Carmiña y de 71 años de edad. La mujer era natural de Lalín pero residía en el primer piso del número cinco de la calle Catasol, en la capital lucense. Se trata de un inmueble propiedad de las monjas del asilo de San Roque y en el que la finada fijó residencia tras estar cuidando durante años a Don Antonio, sacerdote del asilo ya fallecido.

El hallazgo de la septuagenaria se produjo luego de que una amiga de la fallecida se presentara en su inmueble para salir a tomar el café diario. Al no responderle a las llamadas de teléfono ni al timbre de la puerta saltaron las alarmas. Fue una residente en el mismo edificio la que alertó a la Policía Local, que se presentó de inmediato en el edificio.

Una vez en el inmueble, la Policía Local llamó a la puerta del piso y a los teléfonos -móvil y fijo- de la mujer, pero a pesar de que los escuchaban sonar en el interior de la vivienda, así como el agua de un grifo que corría de manera continua, nadie respondió. Fue por ello, y ante el temor de que la mujer hubiese sufrido algún percance y necesitase ayuda, que los agentes forzaron la puerta de entrada. Y tendida en el pasillo y sin signos vitales se encontraron a Carmiña. Esta circunstancia fue también corroborada por el equipo sanitario que se desplazó en una ambulancia del 061 a la vivienda.

La Policía Local informó a la Unidad de Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía, que se hizo cargo de la correspondiente investigación, así como de avisar al Juzgado de Guardia y a los familiares de la fallecida, que pereció por causas naturales.

Los vecinos definen a la fallecida como una mujer muy activa y religiosa. Con frecuencia acudía al asilo para acompañar a algunos internos.