Descontrol de la publicidad exterior, pintadas y un bando de Tierno

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto PULSO LUCENSE

LUGO CIUDAD

04 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Viejo Profesor, Enrique Tierno, en ejercicio de sus deberes como alcalde y harto de ver las fachadas y el mobiliario urbano de Madrid cubiertos de pintadas y publicidad no autorizada, dedicó al asunto, en enero de 1981, uno de sus inolvidables bandos: «(...) Con desobediencia evidente y continuado desacato se han desoído las advertencias, persistiendo en utilizar para tan lamentable uso las fachadas, tapias e incluso verjas y farolas, que debían de ser grato ornamento de esta villa, razón por la cual hemos tenido que recurrir, por necesidad imperiosa, a la aplicación de los máximos mecanismos de coacción de que disponemos (...)». En Lugo, en 2018, ni bando, ni ejercicio de autoridad, ni sanción que merezca tal nombre, ni farrapos de gaita. Las pintadas gozan de buena salud en Lugo, las vallas publicitarias siguen sin control alguno (la proyectada ordenanza duerme en los cajones municipales) y los guindillas ni se molestan en anotar los teléfonos de contacto que figuran en los carteles adosados sin permiso a los báculos de las farolas.

Entre Lara Méndez y Tierno hay un océano en el que la única referencia común son las siglas del partido. Ahí acaban las coincidencias. Y eso que Méndez sucedió en la alcaldía a un hombre, López Orozco, que llegó al PSOE por Tierno, al que tuvo por modelo en más de un aspecto. El cronista conoce el gusto de Orozco por los bandos del fino intelectual y político pragmático que fue Tierno. Quizá por eso, en sus años de mandato, el aseo urbano mejoró en Lugo de modo nunca antes visto; tanto que Lugo mereció distinciones por la calidad de su limpieza. Pero, como nada es eterno, la ciudad ha vuelto donde solía, o lo que es lo mismo, al déficit de escobón y baldeo de calzadas y aceras.

Ni Méndez ni sus asesores reúnen condiciones para redactar bandos al estilo de los de Tierno. Pero parece que tampoco tienen capacidad para adjudicar el servicio de aseo urbano, hoy operado en precario. Por ello, cabe volver al Viejo Profesor para decir como él: «Confiamos (...) que las empresas se abstengan de anunciarse en lugares prohibidos y esperamos que para la ostentación de principios ideológicos o el afán de vituperar no utilicen (...) espacios cuya limpieza es necesaria (...) para ornato de esta Villa».