«Lo que se recuerda nunca muere»

Tania Taboada

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

El cementerio de San Froilán se llenó de flores para homenajear a los que ya no están

02 nov 2018 . Actualizado a las 21:28 h.

El movimiento incesante de ciudadanos rompía ayer con el silencio diario del camposanto. La jornada amanecía con una óptima meteorología y los lucenses acudían desde primera hora de la mañana a la cita de todos los años. Idas y venidas constantes de ciudadanos daban vida al habitual vacío. «Es ley de vida y todos acabaremos aquí. Hoy es un día obligatorio para visitar a nuestros seres queridos, aunque yo vengo cada quince días porque tengo aquí a mis padres», comentaba un lucense mientras limpiaba una de las lápidas.

La máxima afluencia de gente se registró entre las 12.00 y 16.00 horas. Esa mañana alegre y de color concluía por la tarde, cuando la lluvia hizo acto de presencia. Un panorama meteorológico bien diferente frenaba la asistencia de ciudadanos y volvía a convertir al cementerio en ese lugar triste y gris.

Regulación en los accesos

Por la mañana, la tónica predominante en el cementerio de San Froilán no era otra que familias con cubos, bayetas, escobas y fregonas en mano para el relucir de las lápidas, centros de flores en señal de recuerdo y minutos de silencio delante de la sepultura para rendir homenaje a los que ya no están. Complicado era contener la emoción por los que se han ido. «Hoy es un día para estar en familia y acercarnos a los nuestros», opinaba una sexagenaria, que acudía con sus hijas y un nieto.

En los accesos al camposanto, la circulación era más densa de lo habitual, pero fluida. Y es que ante la previsión de aglomeraciones, la Policía Local puso en marcha un dispositivo para regular y facilitar los accesos al camposanto. Un transporte público habilitado especialmente para el día fue utilizado por muchos ciudadanos para evitar desplazamientos en vehículo particular o a pie.

«No deja de ser una pena y tristeza venir aquí pero ver las lápidas y nichos lleno de ramos, coronas y jarrones de flores frescas da otra sensación», opinaba un lucense

Una cita que no se olvida porque «lo que se recuerda nunca se muere».