Las cámaras hubiesen evitado la última violación en San Pedro

La Voz LUGO / LA VOZ

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El rumano que asaltó a una mujer el 8 de septiembre había atacado a otra en O Carme. La Policía reconstruyó su primer recorrido pero no tenía una imagen para identificarlo.

28 oct 2018 . Actualizado a las 00:08 h.

Las cámaras de vigilancia en la ciudad de Lugo para proteger el patrimonio, que anteayer rechazaron los partidos de la izquierda en el ayuntamiento, hubiesen evitado la violación de una mujer en la calle San Pedro el pasado ocho de septiembre. Esa madrugada de sábado, un hombre rumano de 30 años violó a una mujer en un portal de esa calle. Ese mismo hombre había arrastrado a un descampado del barrio de O Carme a otra mujer dos semanas antes, el 25 de agosto. Cuando cometió este primer asalto, una brillante investigación de la Policía Nacional consiguió ponerle hora exacta y recorrido al agresor, que tras soltar a la víctima subió desde el descampado de O Carme hasta la Ronda y luego entró en el recinto amurallado por la calle Clérigos. La policía llegó a localizar grabaciones de cámaras particulares en las que aparecía el hombre realizando ese recorrido. Pero las cámaras eran de recintos particulares y no tenían precisión alguna y solo se veía la sombra del individuo o los pies; nunca la cara; ni siquiera una imagen nítida de su ropa o de sus características. El agresor llevaba un pendiente y una cazadora fácilmente reconocibles que, para más inri, vestía tanto en la primera como en la segunda violación. Era un perfil fácilmente reconocible que tras asaltar a una mujer volvió por una zona monumental y céntrica que en una ciudad con videovigilancia habría tenido cámaras en la Ronda, fachada de la Catedral, calle clérigos y Praza Maior. Una grabación del violador saliendo del lugar de los hechos a esa hora hubiese dado lugar a su detención, identificación por parte de la víctima y posible envío prisión. Es decir, casi con seguridad, habría evitado la última violación en la ciudad.

Prácticamente lo mismo ocurrió con el violador de Augas Férreas, que atacó a varias mujeres y lo intentó con otras y la Policía no pudo detenerlo por no disponer de grabaciones que lo identificasen en la primera. Lo detuvo pasado mucho tiempo y tras largo seguimiento, cuando el individuo ya vivía en el Mediterráneo.

Pero el caso más grave fue el de Ibrahima Ndiaye, el senegalés condenado en primera y segunda instancia por el asesinado de su novia Tatiana en San Fiz. Hasta última hora hubo muchas dudas en el juicio porque todas las grabaciones de él volviendo del lugar del crimen de madrugada eran de cámaras de comercios que solo daban «un bulto» pero no probaban que fuese realmente Ibrahima. Y por esas dudas, a día de hoy todavía tiene pendiente recurrir su condena al Supremo ya que su abogado dice que no hay pruebas concluyentes.

En definitiva, la colocación de cámaras de vigilancia permitiría proteger el patrimonio y además disponer de rutas seguras para las mujeres, los jóvenes o cualquier persona, que por las noches podría utilizar las zonas videovigiladas para ir con seguridad.

Ciudadanos dice que hay «trapicheo» y vandalismo y el gobierno no hace nada por evitarlo

La portavoz de Ciudadanos, Olga Louzao, que acabó votando en contra de la propuesta del PP porque no fue incluida una de sus propuestas, dice que a su partido la solución de las cámaras no es la que más le gusta pero advierte que no se llegaría al debate si no fuera por los constantes ataques al patrimonio lucense y también al «trapicheo» que se produce en algunas zonas de la ciudad. Ante estas situaciones, recordó, el gobierno local no hace nada, ni tan siquiera, dijo, cubrir las vacantes de la Policía Local para que haya más vigilancia.

Louzao entiende que es necesario hacer un estudio técnico y jurídico como primera medida para valorar la colocación. Habrá que ver, dijo, si se encarga de ellas una empresa privada, cómo se controlan las imágenes y otra serie de detalles que es necesario analizar. Todo eso es lo que considera primordial antes de rechazar su colocación sin más, como así ocurrió. La portavoz de la formación naranja parece no estar muy de acuerdo con colegas de corporación que dicen qie rechazan las cámaras porque las consideran un peligro par salvaguardar la intimidad. «Tamén grandes obras teñen cámaras nos museos», recordó la concejala.

La edila de la formación naranja se mostró sorprendida con la actitud del gobierno local. «Hai dous anos iniciou un expediente para instalalas. Iso fíxose para calmar á opinión pública logo de que San Vicente fora tirado do seu pedestal na fonte da Praza do Campo. Logo falaron de campañas de sensibilización e resulta que non atopamos a primeira. Se queren sensibilizar, terán que facer algo», destacó.

Miedo a los narcos y a «chupar» cámara en Gran Hermano

El debate sobre la instalación de cámaras de videovigilancia en la ciudad para tratar de evitar el creciente vandalismo en monumentos y, de paso, combatir posibles delitos, dejó en el pleno algunas intervenciones de espectáculo televisivo. Tras la intervención de Olga Louzao, la portavoz de Ciudadanos, colectivo que no está en contra de las cámaras aunque no votó a favor de la propuesta del PP, el portavoz del BNG, Rubén Arroxo le espetó que después de escucharla le daba miedo salir del consistorio por si se encontraba «ós narcos e me fan unha «corbata» colombiana».

A lo largo de su intervención, el portavoz nacionalista también calificó la propuesta del PP como populista. «Faise crer que Lugo é o Bronx», expresó. Después de que Antonio Ameijide, el portavoz del PP dijese, que él no tenía ningún inconveniente para que le grabara una cámara paseando por una calle, porque no tenía absolutamente nada que ocultar, el nacionalista le espetó que lo mejor era que se apuntase a Gran Hermano, «se queres que te vixíen». Incluso llegó a intervenir la portavoz de Lugonovo, Cristina Pérez, para advertir: «Non ter nada que ocultar non quere dicir que non se permita ter intimidade».

Carlos Portomeñe, de ACE, recordó que algunos sectores «retrógrados» eran los que querían las cámaras y explicó que «os verdadeiros atentados ao patrimonio» tuvieron lugar en la ciudad con gobiernos del PP. Dijo que habían dejado tirar el Gran teatro, construir en las cuestas del parque, derribar el sanatorio Pimentel e incluso asfaltó la Calzada da Ponte. «E agora veñen falar aquí de atentados ao patrimonio porque unha noite de festa alguén se subiu a unha fonte e hai que poñer cámaras. Pois mire, as cámaras téñenas no local do PP e non evitan as agresións», dijo el edil de Izquierda Unida en una de sus intervenciones durante el pleno.