El delegado de movilidad de Auxilia y otros representantes de dicho colectivo lamentaron los problemas existentes para acceder a la catedral y también al Museo Catedralicio, «en el que se gastó un pastón y resulta que es inaccesible». En este sentido uno de los asistentes, Manuel Ignacio Piñeiro, dijo que ni tan siquiera podían subir algunos sacerdotes de edad avanzada.
El delegado de patrimonio de la Diócesis de Lugo, César Carnero, indicó que en breve volvería a ser colocada una rampa de acceso a la catedral. Dos de las que hubo con anterioridad fueron robadas y una tercera destrozada durante la celebración de un botellón nocturno que se celebró en el atrio del recinto o en las inmediaciones.
La primera instalación que desapareció del lugar era de hierro. La segunda que hicieron fue de madera de castaño y también la sustrajeron. La tercera también era de madera y fue destrozada en una noche de movida. Ahora, para la cuarta eligieron materiales de resina resistente a posibles ataques. Además combina con el color de la fachada para evitar un impacto visual negativo.
En cuanto al museo catedralicio, el obispado tratará de buscar alguna solución para solventar el problema. Aquilino González, de Auxilia, dijo que pedirían al obispo que comprobara en directo la situación.