Manuel Jorge en el Museo

Manuel Novo

LUGO CIUDAD

25 oct 2018 . Actualizado a las 21:20 h.

unque chantadino de origen, Manuel Jorge (Chantada, 1929) pasó buena parte de su vida alejado de Galicia. Su amor por la arquitectura le llevó primero a Madrid para realizar allí sus estudios, y tras un regreso breve a su Chantada natal, se instaló en la costa mediterránea. Primero Menorca, luego Cadaqués y ya de forma más longeva, Jávea. Tras quedar fascinado por los museos de la capital, su pasión por la pintura comenzó a brotar, de forma silenciosa, íntima, sin compartirla con nadie más que con sus amigos y su pareja, la también pintora Christina Snellman.

Tal hermetismo se desvela por primera vez en la ciudad de Lugo gracias al Museo Provincial, encargado de albergar una retrospectiva de su obra pictórica. Situadas en el refectorio y en la sala de exposiciones, las pinturas de Manuel Jorge muestran el paso de una preferencia figurativa hacia la abstracción, incluyendo su etapa primeriza en donde predominaban los dibujos realizados en tinta china. El apartado figurativo lo encontramos formado principalmente por retratos, con la influencia de su tierra natal dotando a las obras de un cierto costumbrismo, con predominio por los tonos oscuros. Sus viajes, tanto por el mediterráneo como por otras partes del globo, le sirven de inspiración para dibujar unos paisajes abstracción comedida. En otras obras, la abstracción se vuelve más acentuada, empleando una geometría en la que transluce su faceta arquitectónica. La muestra, disponible hasta el 11 de noviembre, se completa con un pase de fotos de su arquitectura y una entrevista que nos permite ahondar en su faceta más humana.