Una pareja de halcones «okupa» la catedral y frena la plaga de palomas

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Marcos Calles

Las tórtolas dejaron capas de hasta 35 centímetros de excrementos en la fachada

17 sep 2019 . Actualizado a las 19:37 h.

Mientras los responsables de algunas catedrales europeas tienen que contratar periódicamente a especialistas en cetrería para mantener a raya a las grandes colonias de palomas, en Lugo esa labor la realiza una pareja de halones que «okupa» una de las altas torres de este monumento declarado patrimonio mundial. La labor de estas dos aves es tan eficaz que la fachada principal del templo está a salvo de grandes cantidades de excrementos de las tórtolas. «Nalgunhas partes chegaron aos 35 centímetros de espesor», indicó el delegado de patrimonio de la Diócesis de Lugo, César Carnero.

Marcos Calles

La plaga de palomas que afectaba al monumento, incrementada porque habitualmente algunas personas acudían al atrio cargados de bolsas con pan y lo repartían entre estas aves, está muy controlada. Carnero asegura que quedan aún las que rondan las zonas más bajas del monumento. En las altas mandan los halcones que motivaron un gran despliegue cuando hace unos años fueron realizadas obras de mejora en la fachada.

César Carnero recuerda que fue preciso poner en marcha un plan para salvaguardar a la singular pareja. «Primeiro envolvemos a torre sur coa estada para deixarlles totalmente libre a norte. Unha vez rematadas as obras deixamos libre a sur. En todo o período de obras a convivencia de obreiros e os falcóns foi, por fortuna, excelente xa que logo temíamos que a presenza humana puidese afectalos», expresó el delegado de patrimonio de la diócesis lucense.

Aunque la mayor parte de la ciudadanía desconoce su existencia, la presencia de los halcones es algo muy sabido en el obispado. En este sentido Carnero asegura que cuando pasan unos días sin ser avistados llevan a cabo un seguimiento para saber de su existencia porque la labor que realizan es calificada de extraordinaria. De hecho, las palomas ya ni se atreven con las dos torres principales. Solo se cuelan en la del reloj, «moi “golosa” para elas porque entran polos arcos e poden aniñar». En esa parte, la catedral tiene una pequeña población que estudian cómo combatir. Carnero considera que los halcones dominan la parte más alta y bajan en picado hasta una determinada altura para capturar a sus presas. Cree que las palomas conocen sus comportamientos y procuran zonas mucho más bajas donde el riesgo que corren con respecto a los halcones es mínimo.

Uno de los problemas más serios actualmente se produce en el claustro. Los alambres de pincho colocados en algunas cornisas fueron doblados y ahora parece que podría haber entre 15 y 20 parejas que anidan y dejan los excrementos en el recinto. «Iso supón que cada semana teñamos que facer traballos de limpeza», explicó carnero.

Heces que corroen la piedra y además son nocivas

El delegado de Patrimonio advierte, amparándose en los resultados de los estudios efectuados por numerosos especialistas, que las deposiciones de las palomas contienen sales que acaban penetrando en la piedra, cristalizan y causan daños de gran importancia. Los especialistas indican que han de tomarse muy en serio los controles de las palomas. Además, los excrementos resultan peligrosos para la salud humana porque pueden ocasionar múltiples enfermedades.

Un ave rapaz que puede volar a 400 kilómetros hora

Marcos Calles Lombao consiguió fotografiar a uno de los halcones de la catedral. «Ahora lo ves y ahora no lo ves. Así es el halcón. Un ave rapaz depredadora con una agilidad y una velocidad de espanto, considerada de tal forma como la más veloz de todas las existentes que surcan los cielos», dicen en pangeanimales.com. Desarrollan una velocidad que, según algunos expertos, puede llegar a los 400 kilómetros por hora. Viven una media de 15 años y ponen un máximo de tres años.