Xuxo Ruiz: «Uso la magia como recurso, pero mis clases no son un 'show' continuo»

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira REDACCIÓN / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Virginia Pinto

Finalista del Global Teacher Prize, este profesor-mago compartirá este fin de semana en Lugo lo que denomina «magiasterio»

15 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Es el invitado estrella las Xornadas de Ensino que el sindicato de profesores ANPE organiza en Lugo los próximos días 19 y 20 (abierto a docentes previa inscripción en anpegalicia.es). Xuxo Ruiz (Cádiz, 1975) es un profesor-mago que este año quedó entre los 50 finalistas del Global Teacher Prize, un premio dotado con un millón de dólares y para el que se presentan casi 40.000 candidatos de todo el mundo.

-Usted usa la magia en clase, y denomina su técnica «magiasterio». ¿Los alumnos están en permanente estado de sorpresa?

-No, en absoluto. Mis clases no son un show continuo. Yo uso la magia como un recurso didáctico; un libro es un recurso, y un ordenador. Pues la magia es igual. Yo preparo las clases como es lógico pero creo que hay que estar atento, porque a diario sucede algo mágico en la clase.

-Un ejemplo.

-Ahora estamos estudiando en Lengua los titulares, el periodismo. Pues me llevo un periódico y, sin avisar, hago unos trucos con el periódico. En otra ocasión si estamos aprendiendo a multiplicar, les enseño trucos de magia que no lo son, simplemente es aplicar la multiplicación.

-¿Los niños están esperando que haga algún truco?

-Los niños están en una sociedad hiperestimulada y desde la clase también tenemos que buscar un impacto emocional. Si un aprendizaje tiene un significado emocional, se recuerda mejor, pero esto es como una película, que no estás todo el rato al cien por cien. Nosotros tenemos momentos para la magia o alguna actividad que rompa la monotonía, pero en las clases también se trabaja en silencio, bien en grupo o de forma individual. Saben que va a haber momentos más intensos y otros más tranquilos.

-Usted apuesta por el trabajo por proyectos, no por las asignaturas.

-Creo que hay que aprender fuera del aula. Por ejemplo, hace cuatro años hice una película de cincuenta minutos con mis alumnos, un proyecto que nos llevó de octubre a junio. Allí aprendieron todo lo que entraba en el currículo. Otras veces jugamos a Masterchef, porque con la cocina se aprende muchísimo. Nuestro Masterchef duró cuatro meses y acabamos con una gala a la que vinieron cocineros famosos y Chicote nos envió un mensaje de felicitación. Las familias nos decían que además de aprender, a los niños este proyecto les dio mucha autonomía, y ayudaban mucho más en casa.

-Seguro que no se les olvida.

-Todo lo que se hace con intensidad se recuerda mejor, las neuronas se activan más.

-En la charla que dará en Lugo, ¿enseñará algún truco?

-Sí, porque los juegos que propongo no necesitan nada especial. Cuando acabe la charla, podrán hacer tres juegos de magia relacionados con la lectura y el cálculo mental. Si lo hacen con pasión seguro que impresionan a los niños, y eso los profesores lo saben hacer muy bien.

«Me dijeron que tras ser finalista del premio tendría 'haters' en las redes sociales, y no los tengo»

Respeto. Tal vez esa es la explicación de que Xuxo Ruiz no sea considerado despectivamente un gurú de la nueva educación, y él lo achaca a su trayectoria como docente y, sobre todo, a que sigue en el aula.

-A pesar de su actividad dando charlas y cursos sigue siendo un maestro de nueve a dos.

-Sí, soy maestro desde hace veinte años y lo sigo siendo. Ahora soy tutor de los niños de tercero del colegio público de Albaida del Aljarafe (a media hora de Sevilla). Pero antes lo fui de los de cuarto, quinto y sexto, y durante diez años, profesor de Educación Física.

-¿No se ha planteado pedir una excedencia y dedicarse a dar charlas y cursos?

-Lo primero que soy es maestro. Sí tomo a veces algún día sin retribuir para hacer alguna cosa, pero lo normal es que aproveche las tardes y los fines de semana.

-¿No es agotador?

-Sí, pero me compensa. Yo soy feliz en el colegio y si no vengo lo echo de menos. Mis alumnos también me echan de menos.

-¿Ha recibido muchas críticas por presentarse al Global Teacher Prize? Hay un sector de la profesión que no ve con buenos ojos este tipo de certámenes.

-Ante todo, tengo que decir que yo no me considero mejor que otro docente, ni mucho menos. Cada profesor hace lo que puede, una labor magnífica, y los hay muchísimo mejores que yo. Pero estos premios son importantes porque gracias a este tipo de cosas se habla de la educación y los medios de comunicación se interesan por lo que hacemos; creo que aumenta nuestro prestigio social.

-O sea, que sí recibe las críticas de los compañeros.

-Cuando llegué a la final, me dijeron que tendría trolls y haters en las redes sociales, pero no los tengo. ¿Por qué? Supongo que es porque tengo los pies en el aula, porque llevo desde el año 2000 dando conferencias sobre lo que hago. Pero sigo yendo a trabajar al colegio cada día y lo aplico. Y no le digo a nadie lo que tiene que hacer, me limito a contarles lo que yo practico en mi clase y que a mí me funciona.

-Está diciendo que los profesores valoran que usted siga a pie de obra y no solo dé lecciones de cómo trabajar.

-Sí. Muchos profesores se me acercan tras la charla y me dan las gracias por seguir dando clase. No voy allí a divagar.

-Y los alumnos, ¿qué le dicen?

-Cuando quedé finalista, el programa Los Reporteros de Canal Sur habló de lo que hago y participaban alumnos míos de hace diez años o más; se acordaban de cómo era la clase. Para bien o para mal, los maestros marcamos a nuestros alumnos.