«Eu salveime pero miña avoa morreu»

Tania Taboada

LUGO CIUDAD

CARLOS CASTRO

Lo deslumbró el sol en un tramo curvo y de rasante; invadió el carril contrario y colisionó frontalmente

12 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Miguel López González, natural de la parroquia de Barán, en el concello de Paradela, es otro de los supervivientes de los brutales accidentes de Tráfico que registra el corredor que comunica Nadela con Monforte de Lemos.

Este joven, de 22 años de edad, viajaba el siete de junio del año pasado por la vía de altas prestaciones junto a su abuela, una octogenaria que ocupaba el asiento del copiloto. A la altura del municipio de O Corgo, se produjo la tragedia. «Víñamos do oculista e xusto ese día nos atenderan moi rápido. Levara a miña avoa a unha revisión a Lugo e de regreso foi cando tivemos o accidente. Empezaba a saír o sol, deslumbroume, invadín un pouco o carril contrario nun tramo de rasante e de curva e metinme no coche que viña de fronte. Eu salveime, pero miña avoa non», lamenta este joven.

El accidente ocurrió sobre las diez y veinte de la mañana. Miguel conducía un Audi A-4 con varios años de antigüedad y colisionó frontalmente contra un Renault Clío que guiaba una joven, de 23 años de edad y vecina de Sarria. «Non te enteras de nada porque é cuestión de segundos. Eu so lembro que intentei xirar o vehículo pero xa foi moi tarde. Mirei para miña avoa, vin o percal e saín do coche para fora», recuerda este vecino de Barán, una parroquia muy afectada por los accidentes mortales del corredor.

Chip de autovía

A consecuencia del accidente, el joven tuvo que ser trasladado de urgencia al HULA, donde fue operado en varias ocasiones. La conductora del otro vehículo, también sufrió heridas de diversa consideración tras el brutal impacto. «Eu creo que deberían facer a autovía xa porque a estrada está preparada e pensada para iso. Ademais, os condutores teñen a idea de autovía na cabeza», opina este afectado.

Tras el siniestro, Miguel no volvió a utilizar el corredor para sus desplazamientos. «Vou sempre pola estrada vella. Xa non é solo por medo, senón polos recordos que me trae o corredor», explica con una inmensa tristeza.

El joven conocía el corredor a la perfección y estaba harto de pasar por él. Pero ese día, la carretera se cobraba una nueva víctima y esta era su abuela. «Estaba canso de pasar por alí. Ía a unha velocidade inferior a 100 quilómetros por hora e levaba diante un coche vermello. Deslumbroume o sol por riba do vehículo, xusto nun tramo de rasante e curva, e aí tiven a desgraza», concluye este joven de Barán, en Paradela.