¿Dónde puede estar «Misi»?

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LUGO CIUDAD

CARLOS RUEDA

Un interno de la residencia monfortina de Prodeme lleva dos semanas en paradero desconocido. La intensificación del operativo de búsqueda no dio ningún resultado

20 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasada sábado se cumplieron dos semanas de la desaparición de Carlos Yáñez, un vecino de Monforte de 64 años acogido desde hace siete por la asociación Prodeme. Ese día se sumaron todo tipo de medios a su búsqueda: buzos de la Guardia Civil, un helicóptero de la Policía Nacional, patrullas motorizadas del Seprona... Pero tampoco hubo resultados. Misi, como se le conoce popularmente, debería haber regresado tras su paseo cotidiano a la residencia de Prodeme, donde reciben cuidados personas con algún tipo de discapacidad intelectual. No volvió y desde entonces nada se sabe acerca de su paradero. Al cierre de esta edición, eran ya dieciséis días sin noticias.

La desaparición se produjo en plena ola de calor. Julio Cortiñas, gerente de Prodeme, pensó en un primer momento que Carlos Yáñez podía haberse desorientado y sufrir alguna indisposición por culpa de las elevadas temperaturas. En otras ocasiones se había despistado de vuelta a la residencia. «Unha vez tirou cara a Seoane e outra xa ía camiño de Bóveda, pero nunca pasou nada. En Monforte coñéceo todo o mundo», detalla Cortiñas.

Hay testigos, sin embargo, que afirman haber visto a Misi la mañana del 4 de agosto en la plaza del Doctor Goyanes, en pleno centro histórico de Monforte, hablando con una pareja de personas mayores. Es la única pista fiable para la Policía Nacional, que llevó en solitario el peso de la búsqueda en un primer momento,

A instancias de Prodeme, y de un grupo de vecinos que realizó una batida días atrás, la junta local de seguridad acordó en una reunión urgente intensificar el operativo de busca. Este grupo cuestiona a través de las redes sociales la eficacia del aparatoso despliegue del pasado sábado. El alcalde, José Tomé, defiende lo contrario. «Puxéronse todos os medios e fíxose un varrido palmo a palmo», apunta.

Batidas de escasa utilidad

La junta local de seguridad dejó la puerta abierta a la organización de nuevas batidas que contarían con la colaboración vecinal, pero bajo la batuta de la Policía Nacional y la Guardia Civil. «Ir cinco personas por el mismo sitio, una detrás de otra, no sirve para nada. Ademas, ¿dónde empiezas a buscar?, ¿cerca de la residencia, en la zona del río?», señalan fuentes policiales.

En la periferia del casco urbano, el monte se acerca cada vez más a las zonas habitadas y esa circunstancia dificulta la búsqueda del desaparecido. Pero los que conocen a Misi apuntan en otra dirección: «A él lo que le gustaba era andar por Monforte. Es raro que echase a caminar por alguna pista o carretera y, en el caso improbable de que lo hiciese, con la cantidad de gente que hay en esta época del año no iba a pasar inadvertido», apunta uno de los voluntarios que participaron en la búsqueda.

Carlos Yáñez no percibía ninguna pensión ni ayuda económica, pero siempre encontraba a alguien dispuesto a invitarle a un café en Monforte. En Prodeme también le daban de vez en cuando algún dinero para sus gastos.

La residencia en la que vivía está situada en la salida de Monforte en dirección a Currelos, convertida ahora en enlace urbano con la vía rápida de Lugo. En un primer momento, los responsables de esta asociación buscaron al desaparecido por esa zona.

Pasados quince días, el gerente de Prodeme sugiere otra hipótesis. «Eu tamén penso que non está fóra do casco urbano de Monforte. E máis aínda se o viron a maña seguinte á desaparición polo centro. Penso que puido refuxiarse nalgún baixo en obras ou nunha casa deshabitada. Despois, algo tivo que pasarlle porque é tan coñecido que se saíse á rúa non pasaría desapercibido», opina Cortiñas, puesto en lo peor. La busca, en todo caso, continúa.