Los móviles ya son los nuevos educadores

maría m. guntín / s.v LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

María M. Guntín

Las asociaciones recomiendan a los padres que no dejen usar aparatos a los niños durante sus primeros años

19 ago 2018 . Actualizado a las 22:29 h.

En cualquier sitio concurrido, ya es una escena habitual aquella en la que niños de todas las edades observar sus tabletas, teléfonos y consolas. El porcentaje podría calcularse fácilmente a la hora de comer en cualquier restaurante, y es que la mayoría de padres eligen las pantallas como cuidadores idóneos para sus pequeños.

El uso de aparatos electrónicos depende del reglamento interno que tengan los distintos centros educativos, una potestad que les concede la Xunta. Desde los colegios explican la diferencia entre los alumnos de Lugo y los de sus alrededores.

 

En el IES de Rábade retiran «solo dos móviles al año y como mucho», explica su director, Ángel Lage, que reivindica el buen comportamiento de la mayor parte de los alumbos, «aunque siempre hay alguna oveja negra», explica el docente. «La Asociación de Pediatras Canadiense dice que hasta los dos o tres años los niños no deben tocar los móviles y que, a partir de entonces, si lo hacen debe haber un límite de tiempo establecido previamente», explica Plácido Sánchez, orientador del IES Río Miño.

Sin embargo, desde el Instituto de Educación Secundaria Muralla Romana de Lugo, el director, Jose Antonio Corredoira, explica que «es raro el día en el que no se retira algún móvil». En cuanto a la posición de los alumnos, Jose Antonio Corredoira cuenta que percibe un cambio desde hace años, «ahora los chicos y chcias saben que no los pueden ni deben utilizar».

Y es que a veces es en los propios centros desde donde se fomenta el uso tecnológico. «Hay alumnos de informática que hacen aplicaciones para el móvil y a ellos no se lo podemos prohibir», explica el director del Muralla Romana, que también asume «el trauma que supone para algunos alumnos la retirada del móvil», lo que implica una dependencia de los mismos nada sana para los adolescentes.

 

La alerta social es prácticamente inexistente a pesar de que las consecuencias que provoca el uso de aparatos electrónicos ya son visibles en cualquier rincón de la ciudad. Algunos padres dicen ser conscientes del problema, lo que curiosamente no desemboca en que tomen medidas para frenar una dependencia tecnológica que es innegable.

La Asociación Española de Pediatría de Atención recomienda a los padres que no permitan que sus hijos usen los móviles durante sus primeros años de vida. Faltan límites y la subordinación a las pantallas se agudiza más con cada nueva generación. «Cuando tengo cosas que hacer en casa y estoy sola, le dejo el móvil», explica la madre de un niño que tiene un año de vida. Y es que la tecnología también sustituye al momento del cuento de antes de dormir, ya que hay niños que no concilian sin el vídeo de youtube al lado. Lo más sorprendente es que los propios padres lo admiten sin ningún tipo de reparo ni vergüenza, como si fuese algo normal. Otra de las progenitoras cree que el uso de los móviles en las aulas está «directamente relacionado con el rendimiento académico». Llegados a este punto, es difícil distinguir entre patologías y un uso adecuado y limitado.

Es una decisión de los padres y su responsabilidad decidir cuándo es el momento adecuado para que los más pequeños se acerquen a conocer las nuevas tecnologías. La edad para tener el primer móvil ha bajado hasta los nueve años en una década en la que el bullying cobra la forma del ciberacoso, en la mayoría de los casos. Probablemente la solución empezaría en poner límites de tiempo, prohibir el uso de los móviles durante la comida y predicar con el ejemplo, ya que la dependencia tecnológica no es solo cosa de niños.

«En el IES Ollos Grandes de Lugo es raro el día en el que no se retira algún móvil»

«En el IES Río Miño de Rábade retiramos solo dos móviles al año, como mucho»

«Si tengo que hacer cosas en casa y estoy sola le dejo la pantalla y se entretiene con ella»

La Xunta deja a los centros educativos la potestad de legislar sobre el uso de las tecnologías