Un bosque de vallas amarillas en el corazón de la ciudad

e.g. souto LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

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El Concello deja en manos de dos operarios reparar el deteriodado embaldosado del casco histórico

22 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Son la pareja de operarios más conocida en el casco histórico Lugo. Ahora trabajan en una calle, al rato se les ve laborar en otra plaza y, poco después, en otra. Los dos albañiles municipales que colocan y afianzan las losetas sueltas en el recinto amurallado, señaladamente en la Praza Maior y entorno, no paran. Mejorar, los pavimentos mejoran poco, porque necesitan una obra de reparación general. Pero, con tanta loseta sometida a tratamiento, el número de vallas amarillas que las señalizan aumenta con rapidez; es un bosque cambiante, pero siempre presente.

Que tales reparaciones chapuceras (por su alcance, no por la calidad del trabajo) se lleven a cabo en uno de los meses en los que el caso histórico de Lugo recibe, o debería recibir, más turistas, tiene seriamente preocupados a algunos hosteleros y gentes del comercio. Un repaso en una mañana de la semana que termina a las vallas que, a causa de reparación de losetas, había en el entorno de la casa consistorial, arrojó el balance que sigue. En pleno paseo de la Praza Maior, entre la escalinata Pimentel y el Café Centro, varias vallas marcan una tira de pavimento que acaba de ser reparado. A pocos metros, casi al pie de la escultura que recuerda y homenajea al poeta Luis Pimentel, otras señalizan, al parecer, una reparación llevada a cabo en un registro de un servicio.

En la misma mañana, a la altura del lateral de la casa consistorial más próximo a los Franciscanos, otras vallas indican dónde acaban de ser asentadas otras piezas del pavimento de esa plaza. Y cerca, en Campo Castelo, a medio camino entre el consistorio y la puerta del Campo Castelo, hay más y, esta vez, cerca, una plancha metálica para proteger losetas en las que trabajaron los albañiles. Apenas retiradas estas últimas, florecen otras a la altura del Círculo de las Artes; tan reciente está la obra que aún permanece allí el chimpín que maneja el par de operarios que se encarga de estas tareas.

En esa mañana, por tanto, hubo en el entorno de la casa consistorial hasta cinco puntos con vallas amarillas. Y el caso es que muy cerca de cada una de ellas hay otras losetas que reclaman atención.

Demasiados coches

Sobre los pavimentos de la zona peatonal transitan a diario numerosos vehículos, algunos de ellos de considerable peso, como son los de reparto. Además de los coches de los residentes, con frecuencia circulan otros que por algún motivo han podido acceder a la zona restringida. Como consecuencia, los pavimentos, de losetas, algunas de pequeño tamaño, se deterioran con rapidez. Hay que recordar que prácticamente ya fueron levantados en su totalidad durante el mandato del alcalde Orozco.