El gobierno local encarga el proyecto que comenzó a gestarse en 2006
26 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Fue gestada como una moderna biblioteca acristalada allá por el 2006, pero el parto aún no se produjo doce años después. A Piringalla aún tendrá que seguir esperando por una infraestructura que ahora se reconvierte en centro social. El gobierno local anunció ayer que adjudicó la redacción del proyecto para acabar la obra que se quedó en un simple armazón de hierro que posiblemente habrá que derribar, aunque esa es una cuestión que han de decidir los técnicos.
En lo que actualmente puede ver la ciudadanía en la calle del matemático Vázquez Queipo, fueron tirados miles de euros que salieron del erario público. Ahora, el equipo de Lara Méndez intenta sacar a flote un proyecto, que es el emblema del abandono. Para arrancar, hacen falta 17.545 euros, que es la cantidad que está asignada para la elaboración del proyecto de lo que será el nuevo centro de convivencia. La biblioteca seguirá en Frigsa y, por ahora, no habrá más.
El plazo para la presentación del proyecto es de dos meses. «Con esta nova intervención, dotamos a Lugo dun novo equipamento cultural xerando un espazo de convivencia, máis próximo á veciñanza, ao tempo que dinamiza a zona norte da cidade. Asemade, avanzamos na execución dos orzamentos de 2018 cunha actuación que salda unha débeda coa veciñanza e que cumpre tamén un acordo plenario», dijo ayer la alcaldesa lucense, Lara Méndez.