Seis años para fabricar las botas donde madura el whisky escocés

Laura López LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

ÓSCAR CELA

En Lugo se preparan las piezas con las que elaborar, ya en Jerez, los recipientes que viajarán a Escocia

25 jun 2018 . Actualizado a las 14:00 h.

En Lugo está el germen del whisky escocés Tamdhu. Al aserradero lucense Forestal Peninsular llega la madera de roble europeo de Galicia, Cantábrico y sur de Francia con la que elaborar las duelas para las botas en las que madurará este famoso Scotch whisky. Un equipo de esta empresa escocesa - Sandy MacIntyre, gerente; Iain Weir, director de marca; Gordon Dundas, embajador internacional de marca; Jon Perkins, de comunicación; y Christopher Coates, periodista de la firma de comunicación Paragraph, junto a periodistas, fotógrafos y cámaras- estuvo esta semana en Lugo y en Jerez de la Frontera, donde la empresa lucense cuenta con la tonelería Tevasa, para conocer de primera mano y documentar todo el proceso de fabricación de unas botas que llevan utilizando en Escocia desde finales del siglo XIX. Son en total hasta seis años de trabajo y cuidados para lograr un recipiente exclusivo que, según explican desde Tamdhu, ofrece al whisky un aroma, color y sabor que lo hacen único.

Narciso Fernández, propietario de Forestal Peninsular, fue el encargado de explicar y mostrar a la expedición escocesa todo el proceso. A Lugo llega la madera de roble europeo y en el aserradero se preparan las duelas, algo que llevan haciendo sesenta años y que comercializan para mercados tan variados y exigentes como Escocia, Irlanda, Japón o Taiwán.

Las exigencias para la fabricación de una bota de Jerez hacen que el proceso tenga una parte importante de trabajo manual: «No es posible hacerlo muy automático; tiene que haber una persona continuamente vigilando el proceso», afirma Fernández. En Lugo se lleva a cabo tanto el corte como el secado natural de la madera. Desde Lugo, las duelas son trasladadas a Jerez.

Tras un secado de año y medio, con entre 12 y 14 grados de humedad, en Jerez se fabrica la bota, con una capacidad para 500 litros. Estos recipientes son llevados después a las bodegas, donde se realiza el envinado, es decir, se llenan de vino oloroso seco de Jerez, «que es el más apreciado». Este proceso dura entre uno y tres años: «Esta medida aporta después un gran carácter al whisky».

Una vez hecho esto, vuelve la bota a la tonelería, y de ahí se envía a Escocia, donde se llenará con whisky, cuyo período de maduración oscilará entre los 10 y los 50 años. «En estos momentos tenemos botas que fueron compradas en España hace sesenta años», dicen desde Tamdhu.